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28  de agosto 2011 .- El imponente e increíble Museo de Ripley enmarcó la presentación del libro “Historias perdidas”, del escritor y periodista radiofónico León Krauze, del cual se extrajo el relato “El verdadero Drácula”, el cual fue representado por los actores Tania, Javier y Arturo.

La convocatoria lanzada por el escritor desde su cabina, la labor del sello que publicó la obra, y sobre todo la atracción que ejerce el museo albergado en una majestuosa fortaleza, provocaron que los sentimientos se agolparan en la cabeza y el corazón de los organizadores: La asistencia superó las expectativas.

La cita fue al punto de las 20:00 horas de ayer en el recinto localizado en la porfiriana colonia Juárez de esta ciudad. Sin embargo, desde dos horas antes, seguidores de Krauze, del género literario y del museo, hicieron fila con la esperanza de ingresar y alcanzar butaca con buena vista.

Tras el instante que tomó a los anfitriones acomodar a los demandantes de ver y escuchar la representación de “El verdadero Drácula”, uno de los relatos que integran el libro, se dio la tercera llamada y comenzó la breve, más no por ello poco interesante y bien montada, dramatización de esa historia espeluznante.

Luego de ello, el autor apareció en el teatrino para agradecer la multitudinaria asistencia de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. “Este es un libro de amor. Se fue escribiendo solo, de manera y en lugares impredecibles”, dijo el autor en mangas de camisa, desenfadado y de buen talante ante sus admiradores.

Rodeado por una carroza de época, una llanta de tamaño descomunal, una jaula para humanos y otros artículos y objetos verdaderamente increíbles, Krauze confesó ante sus oyentes que “yo descubrí el miedo en el Museo de Cera que está junto a éste de Ripley. Fue a finales de los años 70, al bajar a su sótano…”.

Contó que ahí vio la figura grandiosa Huitzilopochtli, quien según la leyenda, nació de Coatlicue, la Madre Tierra. “Lo vi y me impresionó de tal manera que no dormí durante dos semanas”, contó el escritor, ante los azorados ojos de los chiquillos que se desvelaron asistiendo a la presentación y representación.

“La intención es que los niños se enamoren del arte de la lectura. Lo escribí con el deseo de mantener activa la imaginación para poder echarla a volar”, abundó el autor al hablar de su obra, la cual, dijo, no tiene tintes académicos, sino que ofrece las historias básicas para que el interesado las investigue a fondo.

Tomado de los relatos radiofónicos de León Krauze, “Historias perdidas” es un recuento de los relatos de las civilizaciones; aquellas narraciones que dan la vuelta al mundo y pasan de generación a generación haciéndose leyendas y relatos de culto, de las cuales el autor ha nutrido desde niño su acervo cultural.

El misterio de Troya, la mítica Atlántida, la tumba de Tutankamon, el cuarto del ámbar de San Petersburgo, el manuscrito Voynich, la gran bestia Crowley, el hombre de la máscara de hierro, el objeto que se estrelló en Tunguska, la conspiración Pazzi y El verdadero Drácula, son algunos temas del libro.