JORGE LÓPEZ LANDAU/ EL DIARIO

Considerado como un probable candidato a recibir este año el Premio Nobel de Literatura, el poeta estadounidense Jerome Rothenberg confesó ayer aquí que el hecho de que el Encuentro Internacional de Escritores Literatura en el Bravo se haya celebrado en Ciudad Juárez, fue factor determinante para que aceptara participar en esta reunión literaria.

“Estoy conmovido por estar aquí, sabiendo lo que se sufre. Sé lo que se requiere para concretar un evento así, es algo muy impresionante”, declaró.

El autor neoyorquino de origen polaco-judío, quien a sus 79 años aún produce versos, se dijo agradecido con la condecoración que recibirá en este encuentro literario, aunque lamentó la situación de violencia por la que pasa esta frontera.

“Me siento honrado por recibir la medalla, pero triste por lo que ocurre no solamente aquí, sino también en otras partes. No es la primera vez que estoy en Juárez, estuve aquí en el Primer Festival Internacional Chihuahua, que resultó ser una experiencia extraordinaria, como han sido todas mis lecturas públicas en México, ya que leer aquí es muy distinto a leer en Estados Unidos”, dijo el escritor.

A raíz de una reciente entrevista que Rothenberg concedió al diario La Vanguardia de Barcelona, se generó un rumor a nivel mundial acerca de que este año se le podría otorgar el Premio Nobel de Literatura, a lo cual el escritor comentó que no considera ser quien reciba este reconocimiento.

“Es poco probable. No creo que el tipo de poesía que escribo sea considerado para tal galardón”, expresó.

La generación beat

El creador del movimiento poético llamado ‘etnopoesía’ –considerado una rama de la lingüística y la antropología–, afirmó que, siendo ligado al movimiento beatnik generado en la década de los 50 en Estados Unidos, actualmente cosecha lo que sembró durante años.

“La generación beat fue un despertar a un mundo en el que pudimos tomar partido en posturas políticas y sociales”, mencionó.

Se le planteó a Rothenberg hacer una comparación entre los beatniks de entonces –tachados como holgazanes que mayormente se dedicaban a ejercer el oficio literario sin buscar una mejor posición económica– y los actuales ‘ni-nis’.

Sin embargo, el poeta se enfocó en aquel movimiento, al indicar que mientras los años 60 fueron una etapa cuando los derechos humanos tomaron un papel preponderante y el país gozaba de una posición como potencia económica que no se ha vuelto a repetir, existía una fiebre de autopublicación generada por la esperanza de compartir versos, lo cual se traduce en la búsqueda de una opción para mantenerse activo y produciendo que podría aplicarse en la actualidad.

“Nos vestíamos como campesinos, representábamos a la clase obrera porque eso éramos. Recuerdo una lectura pública donde Allen Ginsberg y Gregory Corso llegaron a un recinto vistiendo pantalones de mezclilla provocando sobresalto entre los presentes. Ya entrados los 60 llegaron los colores, cambiándolo todo. Veníamos saliendo del miedo de la bomba atómica, que aún era una sombra que se posaba por encima de todos. Fue una época bipolar, una mezcla entre excitación y depresión profunda”, dijo.

El radicado en San Diego declaró también que “se produjo con los poetas beatniks una revitalización del movimiento literario intelectual, generado en parte por el ataque a los escritores acusados de ignorantes y carentes de nociones de historia literaria que se dedicaban a destruir los fundamentos de la literatura, quienes refutaron mostrando en su obra destellos de las letras de Ezra Pound y demás autores.

Alivio para conmemorar el 9/11

Rothenberg expresó que él descubrió “que el poder intelectual e histórico no estaba en lo que se consideraba ‘de primer mundo’, sino en los círculos independientes ajenos a estas esferas”. Y son estas corrientes, agregó, muchas veces consideradas como secundarias, las que se convierten en primarias y son tendencias a seguir.

“Un ejemplo de esto es el movimiento que se produjo en México con el poeta Javier Sicilia y su caravana. Aquí y en el resto de Sudamérica aún se mantiene un respeto por los poetas. En lo particular, creo que el título de ‘poeta’ en español me queda grande”, comentó.

Con el aniversario del ataque al World Trade Center en Nueva York –a conmemorarse este domingo–, Rothenberg cree que el verso podría ofrecer un alivio a diversas heridas.

El poeta expuso que “Internet nos da una posibilidad de llegar a más lectores, y creo que esto podría generar un nuevo lenguaje poético con alcances internacionales inmediatos, aunque también hay aspectos negativos en esto”.

De cualquier manera, mencionó, el ebook (libro digital) jamás podrá reemplazar al libro impreso. El poeta que estará hoy compartiendo su obra en el Centro Cultural Paso del Norte.