CON INFORMACIÓN DE ITONGADOL Y EL UNIVERSAL

El presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, aseguró hoy, miércoles, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que “la ONU tiene la responsabilidad de contribuir constructivamente a la resolución pacífica del conflicto en Medio Oriente, que posibilite la existencia de dos Estados; es decir, que reafirme el reconocimiento al derecho de existencia de Israel y haga realidad el establecimiento de un Estado palestino, siempre y cuando ello sea el resultado de una solución verdaderamente negociada, donde el papel de la mediación legitima y equilibrada es fundamental”.

El mandatario azteca calificó al conflicto de Medio Oriente como “uno de los temas que más ha puesto a prueba la capacidad de las Naciones Unidas” y se mostró preocupado por “el estancamiento en las negociaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina”.

Calderón pidió “una solución que sea política y económicamente viable, y que Israel y Palestina convivan verdaderamente en paz”.

Sin embargo, advirtió que “ninguna solución podrá encontrarse mientras integrantes de una de las partes pretenda, explícita o implícitamente, la eliminación de la otra”.

A la vez, criticó la imposición del veto de los Estados Unidos.

ÉSTAS SON LAS PALABRAS DE CALDERÓN EN SU DISCURSO:

Finalmente, amigas y amigos, hablo de un tema imperativo que tiene que ver con la transformación y la actualización de la Organización de las Naciones Unidas. Un tema que, por lo visto, ha puesto a prueba la capacidad de esta Organización, y es el conflicto en el Medio Oriente.

Nos preocupa, en particular, el estancamiento en las negociaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina.

La ONU tiene la responsabilidad de contribuir constructivamente a resolver de manera pacífica ese conflicto. Una resolución que posibilite la existencia de dos estados, que reafirme el reconocimiento al derecho de existencia de Israel y que haga realidad el establecimiento de un Estado Palestino, siempre y cuando ello sea el resultado de una solución viable, verdadera, negociada, donde el papel de la mediación legítima y equilibrada, es fundamental.

Una solución que sea políticamente viable, y que Israel y Palestina puedan convivir, verdaderamente, en paz. Y que las nuevas generaciones de israelitas y palestinos puedan, verdaderamente, conocer lo que es la sincera convivencia, sin odio ni violencia.

Y advertimos, también, que ninguna solución puede encontrarse, mientras integrantes de una u otra de las partes, pretendan explícita o implícitamente, la eliminación de la otra parte.

Hay que avanzar, además, en el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, para poner fin a políticas que, sabemos todos, son contrarias al derecho internacional.

Es imperativo, además, avanzar juntos en la transformación y actualización de esta Organización de las Naciones Unidas. Qué bueno que se está renovando el edificio de la ONU. Es hora de reformar, también, la esencia de la Organización de las Naciones Unidas.

La ONU no puede faltar a su compromiso con la historia y con la humanidad. Es tiempo que todos los Estados miembros pongamos la parte que corresponde, para darle a la Organización la fortaleza y la viabilidad que requiere y de la que carece.

En muchas ocasiones, la ONU se ha visto, por ejemplo, paralizada por la tiranía del consenso, que otorga a una minoría el poder de oponerse a la gran mayoría. El consenso debe dejar de entenderse como el poder de veto de los empecinados, y debe, más bien, comprenderse como la posibilidad de construir soluciones comunes y, verdaderamente, legítimas, que permitan avanzar en el reflejo de las soluciones que buscamos de la mayoría.

Preservar la vigencia de la ONU conlleva, también, necesariamente, a una reforma de su Consejo de Seguridad. Sus reglas no han sido revisadas en más de 40 años.

México aspira a una reforma integral que mejore la representación de todos sus integrantes, pero que, al mismo tiempo, preserve la capacidad de acción del Consejo y promueva la rendición de cuentas de sus miembros.

No podemos permitir que el máximo órgano supranacional, se convierta en el centro de toma de decisiones de sólo unos cuantos.

México reafirma su confianza en las Naciones Unidas como un foro que representa la diversidad y la pluralidad de los seres humanos; y reitera que seguirá, México, siendo un aliado estratégico de la Organización en la lucha por la paz, en el combate al hambre, en la lucha por la seguridad y por el progreso de todos los pueblos.