ESTHER CHARABATI

Todos —o casi todos— soñamos alguna vez con grandes pasiones de las que somos protagonistas. La idea de volcarnos, de arder, de liberarnos de la razón, tiene un gran atractivo. Pero, por la misma razón, provoca temor. Nos asusta perder el control sobre nosotros mismos.

Esto nos ha llevado, a lo largo, de la historia, a condenar y a exaltar las pasiones alternativamente. Si,en la antigüedad, toda pasión era considerada transgresión, en la Edad Media la iglesia cristiana sólo aprobaba el amor a Dios, y a partir de la Ilustración unos consideran que nada grande se ha hecho en el mundo sin pasión, mientras que otros la condenan.

A pesar de su recorrido, el concepto”pasión” es difícil de definir. Agnes Heller afirma que sólo algunas emociones pueden convertirse en pasiones, por ejemplo, el amor, la ambición, el ansia de poder, la venganza. En cambio no se puede hablar de envidia, tristeza o vergüenza apasionadas.

De acuerdo con la autora, sólo pueden convertirse enpasiones aquellas emociones que se vinculan con un deseo intenso, y para que una emoción se convierta en pasión es necesario que esté presente la”autoignición”.

Efectivamente, una de las características de la”víctima” (por decirlo así) de una pasión, es el arder, el relacionartodos los estímulos, acontecimientos y objetos con el objeto de la pasión. Así como al enamorado una canción, el nombre de una calle y un perfume lo hacen revivir su amor, de la misma manera el celoso resucita su pasión al ver laplaca de un coche, un número telefónico, una sonrisa. El gran pintor de laspasiones humanas retrató ambas pasiones en sus obras: Romeo y Julieta, y Otelo.

Se dice que una persona es víctima de una pasión o está poseída para ilustrar la falta de control que tiene sobre ella. El individuo no puede dejar de arder mientras dure la pasión. Afortunada o desafortunadamente—no lo sé—, la pasión dura poco, porque el desgaste es tal que nadie podríavivir muchos años con una obsesión que relega todos los demás deseos y emociones.

Las pasiones a largo plazo —por ejemplo aquel que pasa toda su vidasufriendo por la misma mujer a la que amó— son intensas en ciertos periodos y en otros disminuyen. Una característica interesante de las pasiones es que son ajenas al tiempo: nos rehusamos a tomar conciencia de lo que será el futuro; las situaciones que nos ofrece el presente son sólo pretextos para recordar, y no asumimos que el pasado ya no existe.

Hay gente que reprime sus pasiones, otros que tratan decontrolarlas, otros que las buscan y se consumen en ellas. ¿Cuál es la actitud adecuada? Pascal nos da su opinión: “Guerra intestina del hombre entre larazón y las pasiones. Si sólo tuviera razón sin pasiones, si sólo tuviera pasiones y no razón… Pero teniendo ambas no puede evitar la guerra, pues nopuede tener la paz con una de ellas más que teniendo guerra con la otra: así,siempre está dividido; es contrario a sí mismo”.

Si tú también te haces estas preguntas:

¿Vale la pena vivir una vida sin pasiones?

¿Vale la pena el sufrimiento que genera una pasión?

¿Las pasiones son siempre devoradoras?

¿Pueden las pasiones clasificarse en buenas o malas?

¿Será que la pasión nos lleva a rebasar nuestros límites?

La idea de controlar las pasiones, ¿no surge después dehaber sido víctima de alguna de ellas?

¿La sociedad promueve o censura las pasiones?

Puedes debatirlas en el Café Filosófico de Esther Charabati, que se celebra cada lunes a las 20:00 horas, en la cafebrería El Péndulo, Alejandro Dumas 8, Polanco.