EL SOL DE MÉXICO

22 de octubre 2011- Las autoridades de la ciudad de Nueva York dijeron que cerrarían el servicio de autobús urbano dirigido por judíos ortodoxos si el grupo no dejaba de obligar a las mujeres a sentarse en la parte trasera de los autobuses.

La Corporación Privada de Transporte, que opera la línea de autobús público B110 bajo una concesión, ha sido criticada tras conocerse sus prácticas de obligar a las mujeres a dejar sus asientos de la parte delantera del autobús para cumplir las normas judías jasídicas de separación de géneros.

El portavoz del Departamento de Transporte de Nueva York Scott Gastel dijo que la directora de la agencia Anne Koenig ha pedido a la compañía que respondiera a las acusaciones y estaba esperando su intervención.

“Por favor, tengan presente que exigir que las mujeres se sienten detrás (…) constituiría una violación directa de su acuerdo de concesión y podría conducir a la finalización de dicho acuerdo”, escribió Koenig.

Si se demuestran estas violaciones, se podría revocar la licencia, afirmó el Departamento de Transporte en un comunicado.
La Corporación Privada de Transportes declinó hacer comentarios.

El autobús B110 transcurre por zonas del distrito de Brooklyn con gran población de judíos ortodoxos.

Un periodista estudiante de la Universidad de Columbia en Nueva York publicó una historia sobre una mujer a la que los demás pasajeros obligaron a levantarse de su asiento en la parte delantera. Otros medios entonces enviaron reporteros para ver si se encontraban con situaciones similares.

El alcalde Michael Bloomberg dijo el miércoles en una rueda de prensa que la segregación por género “obviamente no estaba permitida” en los autobuses públicos.

El Departamento de Transporte dijo que la línea de autobús se había cedido a la Corporación Privada de Transportes desde 1973 y no estaba subvencionada con dinero público. No se ha otorgado ninguna excepción a la compañía respecto al cumplimiento de las normas contra la discriminación de la ciudad, afirmó.

Deborah Lautner, directora de Derechos Civiles para la Liga Anti-Difamación, escribió en un correo electrónico a Reuters: “Nos oponemos a la segregación por sexo en los autobuses públicos por ser ilegal y discriminatoria. Si una comunidad siente que necesita autobuses segregados, no deberían implicar a la ciudad”, agregó.