ENRIQUE RIVERA

Por todos es sabida la existencia de niños cuya mitad de su material genético proviene de un Banco de Esperma. Hasta ahí llegan mujeres que, por alguna u otra circunstancia, solicitan esa materia prima para concebir una criatura. En muchos lugares, como Israel, las solicitantes firman un documento que protege el anonimato del donante. En otros lugares, como Estados Unidos, se les entrega un código de barras con el cuál los niños podrán tener acceso a la identidad del donador, así conocer algunas de sus características.

El domingo pasado el 9 Festival Internacional de Cine Judío presentó el documental israelí Los Niños del Banco de Esperma, un film polémico que adquirió más relevancia aún a partir de la Mesa Redonda en torno al mismo. Tres especialistas: el Dr. En Filosofía, Mauricio Pilatowsky, el Dr. Arturo Ortega y el Rabino Shai F., moderados por la Maestra Esther Charabati le sacaron jugo al tema. El Dr. Pilatowsky comenzó una argumentación mediante la cual demostró que el film muestra a los laboratorios y un tanto a los donantes como responsables de la situación antes descrita. Sin embargo, “desde el punto de vista ético la responsabilidad reside en la madre quien es quien suscribe el acuerdo de anonimato”. Aunado a ello, aseveró el filósofo, la madre es quien lleva a cabo su deseo de ser madre.

La pieza documental muestra los sufrimientos de niños y jóvenes que sufren por el desconocimiento de su otra parte genética. La Maestra Charabati, comentó al respecto, que existe una presión social, mediante la cual una mujer sólo puede ser considera como tal cuando es madre.

Por su parte, el Dr. Orterga, coincidió con el punto de vista del film, en cuanto los Bancos de Esperma son un gran negocio, comentó que es una necesidad el que se sepa la información genética del donante: enfermedades, alergias, etc., pues así se podría explicar algunas características y padecimientos de los niños.

Por su parte el Rabino Shai, de Ramat Shalom, puso énfasis en el hecho de que D-os dio al hombre el trabajar y perfeccionar la naturaleza y que por ello es válido el uso de estas tecnologías para procrear.

En tanto, Orna Raiz, productora y directora del film, compartió el hecho de que en una ocasión dos mujeres que coincidían en un Jardín de niños, comparando a sus hijos llegaron a la conclusión de que provenían del mismo donante.

Posteriormente, en entrevista exclusiva para enlacejudio.wpengine.com Orna, quien es egresada de la Universidad de Tel Aviv, señaló que durante varios años ella se dedicó a investigar a este tema y que muchos de los niños sufren lo que se conoce como el síndrome del “Hoyo Negro”, es decir esta falta de información acerca del 50% de su material genético que produjo su ser. Ella estuvo presente en una Ciudad de Estados Unidos donde madres de 14 niños que recibieron esperma de un mismo donante se reunieron.

Por su parte Claudia Dorembaum, quien sugirió al Director del Festival Internacional de Cine Judío se incluyera dicho documental, expresó su preocupación debido a la falta de ética y control de los laboratorios dedicados a dicha actividad ya que se sabe de donadores que han procreado más de 100 hijos, acotó.