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El Gobierno de Israel ha decidido congelar de forma temporal el envío de fondos a la Autoridad Palestina y acelerar la construcción de viviendas en Cisjordania y Jerusalén. Esto en respuesta a la decisión de la Unesco de admitir a Palestina como Estado miembro. El primer ministro de israel Benjamín Netanyahu ha reclamado, además, la construcción de 2.000 viviendas en Jerusalén Este, Gush Etzion y Maaleh Adumim, todas ellas «áreas que deberían permanecer bajo control de Israel en cualquier futuro acuerdo de paz», según un comunicado recogido por medios locales.

Junto a esta medida, adoptada en un Consejo de Ministros extraordinario para analizar la entrada palestina en la UNESCO, el Gobierno también ha decidido interrumpir de forma temporal el envío de dinero que retiene en concepto de tasas y aranceles a la Autoridad Palestina -como quedó estipulado en los Acuerdos de Oslo de 1993-, a la espera de que próximamente se adopte una determinación definitiva sobre estas transferencias. «No hay aún una decisión final sobre la transferencia del dinero, pero esa decisión podría adoptarse muy pronto», indicó una fuente oficial israelí citada por EFE bajo condición de anonimato.

 

Decisión «inhumana»

La Autoridad Palestina ha criticado la decisión de Israel de acelerar la construcción de 2.000 nuevas viviendas porque contribuye a la «destrucción» del proceso de paz, y ha tachado de «inhumana» la congelación temporal del envío de fondos a los palestinos.

Israel ya había advertido de que consideraría su cooperación con la Unesco tras la integración palestina. Estados Unidos, principal donante de esta agencia de la ONU, anunció ayer el cese de su contribución económica. Las medidas adoptadas por el Ejecutivo israelí responden al «rechazo palestino a regresar a las conversaciones de paz y en su lugar acudir a los organismos de la ONU para tomar medidas unilaterales», según la citada fuente.