2 de noviembre 2011 -La discriminación racial puede a veces unir a las minorías oprimidas, pero hay quien piensa que esta vez alguien cruzó una línea roja. O más precisamente – la línea amarilla. La ira de la comunidad judía se despertó después que en Suiza manifestaron este último fin de semana musulmanes que utilizaban un símbolo de épocas especialmente más tenebrosas: el parche amarillo.

La Agencia Judía de Noticias (JTA) informó que el sábado se reunieron en la ciudad de Berna unas 2000 personas para una manifestación bajo la iniciativa del “Consejo Islámico Central” en Suiza, que es una organización musulmana conservadora, para protestar contra la aparente discriminación de la que sostienen que son objeto. Parte de los manifestantes llevaban el parche amarillo en el que había sido impresa la palabra “musulmán”, a semejanza del símbolo que los nazis obligaron a usar a los judíos perseguidos durante los aciagos días del Tercer Reich. Otros armaron pequeñas “mezquitas” de plástico, con minaretes cuya construcción está prohibida en Suiza.

La presidenta de la comunidad judía de Berna, Edith Beno, expresó al diario local que el uso del parche amarillo “es tan pero tan erróneo, que no se lo puede tomar en serio.” El director del diario judío “Tajles”, Eve Klugman, definió la actitud “desafiante” de los manifestantes como “algo idiota”.

“Es lamentable que preocupaciones legítimas se muestren por medio de comparaciones erróneas”, sostuvo Klugman en el “Basileer Times” y subrayó que hay que tomar en serio la discriminación contra los musulmanes en Suiza, pero no por medios tan vulgares”.

La agencia noticiosa judía informó que también en la comunidad musulmana demostraron indignación por la elección del emblema para la manifestación: dos organizaciones de la corriente central musulmana se retiraron de la demostración como resultado de la ridícula elección.

El líder del Consejo Central Islámico, Nikolas Blansho, salió precisamente en defensa del uso del parche amarillo, expresando a uno de los medios de prensa que “se relacionan hacia los musulmanes como ciudadanos clase ‘b’ y se los discrimina, por ejemplo por llevar la cabeza cubierta o por sus nombres cuando se inscriben en alguna entidad o cuando buscan vivienda”.

A propósito, entre los oradores que hicieron uso de la palabra en la manifestación se encontraba la periodista británica que se convirtió al Islam, Loreen Booth, cuñada del ex primer ministro de Gran Bretaña Tony Blair. Vestida con un velo, dijo a los presentes que siente que los ciudadanos de Berna le clavan miradas denigrantes cuando ella camina por la calle.