ETGAR KERET (fragmento de entrevista) /TRADUCCIÓN MAY SAMRA

Etgar Keret, escritor israelí, estará en el CDI, el domingo 4 de diciembre, acompañado de José Gordon, en un evento excepcional. ¡No faltes!

“El conductor de autobús que quería ser Dios fue publicado en la Autoridad Palestina.

Te voy a contar cómo sucedió.

Es una historia divertida. Fui invitado a Noruega para participar en una convención. Se trataba de dar un mensaje acerca del 11 de septiembre. Se suponía que debía estar en un panel con dos escritores palestinos.

Era muy, muy bonito, pero ambos se negaron a sentarse en un panel conmigo. Dijeron que hablarían conmigo, mas no en el escenario. Me preguntaron: “¿Entiendes?” Dije: “No lo entiendo. Lo respeto, pero no lo entiendo. ”

Se suponía que Jacques Derrida daría el discurso de clausura. Se descubrió por accidente que yo no estaba en el panel. En vez de hablar del 11 de septiembre, empezó a hablar del asunto de los palestinos. Él estaba muy enojado con los escritores palestinos y se avergonzaba de ellos por no haber querido sentarse conmigo en el panel. Empezó a gritarles. Fue muy gracioso, muy extraño. Después de que terminó el evento, les dijo: “Si no se sientan con él, ¿con quién quieren sentarse? ¿Quiere sentarse con Sharon? ¿Por qué vinieron aquí? Para hacer la paz con los noruegos? ”

Hubo un gran alboroto acerca del tema. Entonces, porque todo el mundo era noruego y porque querían encontrar una buena solución, nos ofrecieron que todos desayunáramos juntos. En el desayuno, Derrida me preguntó si yo tenía una copia de mi libro y yo le di una copia en inglés. Uno de los escritores palestinos me pidió una copia extra, pero yo no tenía ninguna. Y vi en su cara esta expresión que decía: “Sí, claro -para Jacques Derrida tienes una copia, pero no para mí, porque soy palestino. ” Así que me dio su dirección y le envié una copia. No supe de él durante unos meses, pero luego me escribió y me dijo: “Me encanta tu libro, lo traduje, lo voy a publicar aquí, en la Autoridad Palestina, si estás de acuerdo.”

Le dije: “Sí, por supuesto.”

Supe que lo tradujo del inglés. Es la única traducción que tengo de que no es del hebreo, lo cual es muy irónico, pues se necesitó un mediador entre el hebreo y el árabe. Cuando lo quiso publicar, la situación era muy peligrosa. Cada vez que iba a imprimirlo, había toque de queda, ataque con misiles, o algo así.

Al final, una semana antes la fecha en que estaba programada la impresión, murió. Su nombre era Izzat al-Ghazzawi. Murió de un infarto. Su historia es muy triste. Era de Ramallah. Estaba muy a favor de la paz a pesar de que su hijo fue muerto por el ejército israelí”.