VOZ DE AMÉRICA Y GOOGLE NEWS

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy al presidente de Siria, Bachar al Asad, y a su Gobierno a cumplir la petición de la Liga Árabe para que cese de forma inmediata la violencia contra los civiles.

Ban, según un comunicado de prensa de la ONU, pide a Damasco que “escuche con atención” el llamamiento de la Liga Árabe y trabaje en ese plan “de forma total y con rapidez”.

La Liga Árabe votó este sábado a favor de suspender a Siria del seno de esa organización y advirtió que le impondrá sanciones políticas y económicas si no pone fin al baño de sangre con que lleva meses reprimiendo las manifestaciones antigubernamentales.

La medida, que entrará en vigor el próximo miércoles 16 de noviembre, estuvo acompañada también por un pedido a los 18 estados que forman parte de la Liga a que retiren sus embajadores de Damasco.

Según el ministro de relaciones exteriores de Qatar, Hamad bin Jassim al Thani , Líbano, país estrechamente ligado a Siria, y Yemen, donde también tienen lugar violentas protestas contra el gobierno, votaron contra la decisión, en tanto que Irak se abstuvo.

El pasado 2 de noviembre el gobierno sirio accedió a implementar un acuerdo de la Liga que llamaba a detener la violencia contra las protestas, retirar los tanques de las ciudades, liberar a los presos políticos y permitir a la prensa y grupos de derechos humanos entrar al país. Pero la represión no ha cesado.

Al Thani no descató la posibilidad de que la Liga acuda a otras instancias internacionales. “Si la violencia y los asesinatos no cesan, el secretario general pedirá a organizaciones internacionales que se encargan de los Derechos Humanos, incluida la ONU” que intervengan, dijo.

El ministro aclaró que eso no significa en modo alguno que vaya a ocurrir una intervención internacional en Siria como sucedió en Libia. “Nadie habla de una zona de restricción aérea, ni de este tipo de decisiones”, indicó.

Docenas de manifestantes apoyaron la decisión de la Liga frente a su sede en El Cairo portando carteles que pedían “Libertad para el pueblo sirio”, y demandaban la salida del poder del presidente sirio, Bashar al Assad.

Según reportes, este mes ha sido el más sangriento en Siria de los ocho que ya duran las protestas contra el
gobierno, y sólo en los últimos 11 días habrían muerto más de 250 civiles en la ciudad rebelde de Homs.

Naciones Unidas estima que desde que comenzaron las manifestaciones contra al Assad inspiradas en las revueltas de Egipto y Túnez, las fuerzas gubernamentales han dado muerte a unas 3.500 personas.