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El régimen sirio y Naciones Unidas consensuaron ayer el protocolo de actuación de la misión de observadores militares desarmados que verificará el alto el fuego. Así lo confirmó la oficina del mediador de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Damasco.

«Este acuerdo señala las funciones de los observadores para el cumplimiento de su mandato en Siria y las tareas y responsabilidades del Gobierno sirio», indicó el portavoz de Annan, Ahmad Fawzi, en un comunicado. La ONU precisó además que está manteniendo «discusiones similares con los representantes de la oposición sobre las tareas y las responsabilidades de los grupos armados».

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, apostó ayer por una misión de 300 observadores militares y reconoció que la situación en Siria es todavía «altamente precaria» porque Bashar el-Asad no ha retirado aún sus tropas y los tanques de las ciudades.

El Ministerio de Exteriores de Damasco, sin embargo, ya ha precisado que 250 observadores es una cifra «razonable y lógica» y afirmó que deberían proceder de China, Rusia, Brasil, India o Sudáfrica, países bastante más afines al régimen que los Estados europeos o de la Liga Árabe.