ENLACE JUDÍO

7 de diciembre 2011_ Mientras otros eventos  buscan atraer concurrencia, la  IV Feria  Mundial de Berajot, organizada por el grupo Yad Lakalá, tuvo que rechazar a dos docenas de mujeres quienes, reunidas a los portones dela Comunidad Sefaradí de México, pedían entrara pesar del cupo lleno.

Esta misma mañana, unas listas en blanco fueron dispuestas para recibir los nombres de los beneficiarios de las berajot que se pronunciarían este día. Una se titulaba “Refuá Shelemá” ( “Sanación completa”), otra “Parnasá” ( “Sostén económico”), otra más “Matir Asurim” (“Liberación de los presos”)… Estas listas se enviarán a Israel.

Y es que, en la tradición judía, se bendice a D-os antes de ingerir alimentos, con distintas berajot, según el origen de dicho alimento.

Más de seiscientas mujeres estaban sentadas en el salón del Centro Sefaradí. Muchas de ellas habían comprado  una berajá, para pronunciarla frente al auditorio y darle fuerza con el “amén” de todas; los fondos recaudados serán destinados a novias de escasos recursos, para que puedan realizar su boda con la dignidad y la felicidad que tal evento se merece. Ésta es la  misión inicial de Yad Lakala: genial idea de una madre judía, la Sra Berko, para ocupar a su hija ( ver video entrevistas)

Inició el evento con una ponencia del Rabino Arturo Kanner: “El impacto interno de una berajá” donde explicó que bendecir la comida o decir el “Shehehiyanu” en las fiestas demuestra una capacidad de asombro que hace ; más adelante, se recordó a una mujer excepcional, la Rabanit Kanievski, z”l.

En la hora siguiente, asistimos a la pronunciación de las berajot, con emotivos mensajes, salidos del corazón, que nos arrancaron algunas lágrimas. En tiempo real, este mismo evento estaba siendo replicado en varios países del mundo.

Dolly Tuachi, Raquel Romano y Marilyn Isón platican de cómo nacieron Yad Lakalá y la Feria de Berajot (ver video)

La “Feria de Berajot” tiene a su activo varios milagros (ver video entrevistas), lo que hace patente el poder de la plegaria. Quienes asistimos con un poco de escepticismo, nos deshicimos pronto de él: no cabe duda que la fe y la esperanza son fuerzas vivas, capaces de cohesionar y elevar al pueblo judío.