RODICA RADIAN GORDON*/EXCELSIOR

8 de diciembre 2011- Tuve el gusto de participar esta semana en el evento organizado por el Patronato del Museo de Antropología e Historia para festejar sus 47 años de existencia. Me impresionó de sobremanera el programa artístico, encabezado por el Ballet Folklórico Nacional y el tenor Fernando de la Mora, que dieron vida a las formas en que el espíritu mexicano se expresa en este espacio tan significativo de la cultura e historia mexicanas.

Pero sobre todo, la arquitectura de Pedro Ramírez Vázquez captura el legado prehispánico de las más importantes civilizaciones mesoamericanas, creando así una singular sinergia y armonía entre la arquitectura y el contenido de este recinto, al tiempo que vinculan la historia pasada con el presente. Espacio y evento tan significativo provocan en mí, necesariamente, la empatía y la reflexión comparativa.

El paralelo de este museo es el Museo de Israel en Jerusalén, uno de los diez más grandes del mundo. Construido por los arquitectos Alfred Mansfeldy Dora Gad y abierto en mayo de 1965, sus estructuras arquitectónicas en forma de cuadrados nos recuerdan pueblos mediterráneos. En julio de 2010 se reinauguró el Museo, remodelado por los arquitectos James Carpenter y Efrat Kovalski. Las estructuras del museo albergan colecciones enciclopédicas de arqueología, arte mundial, arte y cultura judía. Una de las alas más importantes, especiales y únicas es el Museo del Libro, que contiene los rollos del mar muerto así como textos muy antiguos y únicos del Antiguo Testamento.

Otra colección de gran valor es la del Museo Bezalel de Bellas Artes. La escuela Bezalel, fundada en 1906 por Boris Schatz, fue la primera de bellas artes en la Tierra de Israel. Sus maestros y estudiantes, de los más reconocidos artistas israelíes, han desarrollado un estilo distinto, mezclando influencias del art nouveau europeo con las del Oriente, así tratando de definir por medio del arte la nueva identidad nacional judía que se construía en el viejo hogar nacional.

En la ciudad de Tel Aviv se encuentra el Museo Tel Aviv, el otro espacio importante que alberga el arte israelí contemporáneo y una institución clave para las comunidades artísticas y creativas de Israel. Siendo la primera ciudad moderna construida por el movimiento sionista, desde sus inicios Tel Aviv se definió por sus estilos arquitectónicos europeos; en primer lugar, por el estilo garden city de la escuela inglesa y después por el estilo bauhaus, por el cual la UNESCO nombró la ciudad de Tel Aviv en 2003 como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Hoy en día, Tel Aviv se caracteriza por su ambiente moderno, cosmopolita e innovador.

Hace un mes se inauguró la nueva ala del Museo Tel Aviv, construida por el arquitecto estadunidense Preston Scott Cohen. Es un edificio llamativo de concreto y vidrio que tiene cinco pisos, considerado ya como obra maestra. Sus diferentes niveles se basan sobre diferentes ejes, unidos por una cascada de luz, creada por el atrio, ubicado a la altura de 27m. Este espacio espectacular alberga una exposición permanente que ofrece un panorama del arte israelí.

De tal manera, en Israel como en México, en sus propias singularidades, los mejores edificios y espacios capturan, moldean y transmiten la identidad común que defina a una ciudad y a un pueblo. Nuestros museos dan cobijo al pasado y alientan la creatividad presente construyendo así la memoria cultural.

*Embajadora de Israel en México