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El Partido Libertad y Justicia (PLJ), vinculado a los Hermanos Musulmanes, abogó ayer por «revaluar» los Acuerdos de Camp David, firmados en 1979 por el entonces presidente egipcio, Anuar el Sadat, y el primer ministro israelí, Menachem Begin, y mediante los cuales ambos países firmaron la paz.

El líder del PLJ, Mahmud Saad Alkatani, considera que «ha pasado mucho tiempo desde la firma de los acuerdos y, como otros, necesita una revaluación, que está en manos del Parlamento». «En líneas generales, Israel no respeta el acuerdo», sentenció el político egipcio.

Alkatani recalcó que su partido «se adhiere al respeto de los acuerdos internacionales», pero matizó que lo hace «siempre y cuando cumplan el propósito para el que fueron firmados», según informó el viernes el servicio nacional de noticias israelí «Arutz Sheva».

Por otra parte, Alkatani desmintió que su partido haya alcanzado «entendimientos» en este sentido con Estados Unidos e Israel, tal como había publicado el diario israelí «Yedioth Ahronoth», que citaba al secretario de Estado estadounidense para Asuntos de Oriente Medio, Jeffrey Feltman. «Las informaciones publicadas son totalmente infundadas. No ha habido contactos ni entendimientos con los estadounidenses o israelíes acerca del tratado de paz firmado por el presidente Sadat en 1979», apostilló, según recogía el viernes el diario egipcio «Al Sharq al Awsat».

Por otra parte, los Hermanos Musulmanes denunciaron los intentos de la junta militar egipcia de no respetar la voluntad popular expresada en las urnas y los poderes del próximo Parlamento, aunque rechazaron que esto vaya a causar un choque entre el grupo y los dirigentes castrenses.

La agrupación explicó que el último de esos intentos ha sido la formación de un consejo consultivo, compuesto por líderes políticos, intelectuales y juristas, que está encargado de asesorar a los generales durante el período de transición. El PLJ lidera por ahora los resultados de las legislativas egipcias.

Entre tanto, al menos 13 civiles murieron ayer en varias zonas de Siria por los disparos de las fuerzas de seguridad en puestos de control y durante un funeral, entre otras operaciones, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.