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La defensa del derrocado presidente egipcio Hosni Mubarak, que ha comparecido este martes ante la justicia en silla de ruedas, ha asegurado que no existen pruebas suficientes para demostrar que el ex mandatario ordenó que las fuerzas de seguridad dispararan hace un año contra los manifestantes.

“Mubarak siempre defendió la independencia de la Justicia egipcia y luchó por ella”, dijo Farid al Adib, según el diario ‘Al Masry Al-Youm’. La fiscalía ha pedido la pena de muerte para el ex presidente, de 83 años.

En ocasiones anteriores, Mubarak había seguido el juicio postrado en una camilla debido a sus problemas de salud. Es la primera vez que comparece en silla de ruedas.

Las acusaciones por la represión violenta de los levantamientos de hace un año pesan contra Mubarak, el ex ministro del Interior Habib al Adly y otros seis ex funcionarios de alto rango, que podrían ser sentenciados con la pena de muerte.

Se siente ofendido

La defensa no sólo subrayó que no existen suficientes pruebas contra el ex mandatario, sino que además criticó a la fiscalía por ofender, según dijo, a Mubarak y a su familia al hacer hincapié en los presuntos planes de Mubarak de traspasar el poder a su hijo Gamal, algo que, critica el abogado, no forma parte de las acusaciones presentadas.

Asimismo, el abogado dijo que la fiscalía insultó a la mujer de Mubarak, Suzanne, y que eso “hirió los sentimientos” de los dos hijos de la pareja, Alaa y Gamal. La defensa aprovechó además para destacar los logros de Mubarak durante sus 30 años al frente del país y lo describió como un hombre “recto” que siempre colocó la justicia por encima de todo.

Al Deeb también representa a los dos hijos de Mubarak. Los tres acusados, junto con el hombre de negocios Hussein Salem, detenido en España, afrontan cargos por corrupción y por malgasto de fondos públicos. Están acusados de haber vendido gas egipcio a Israel a precios inferiores que en el mercado.

Ante la sala de juicios se han congregado cientos de familiares de los manifestantes fallecidos y reclamaron la pena capital para Mubarak, sus hijos y el empresario Salem.