ELPORVENIR

22 de enero 2012.- La comunidad judía de Monterrey amaneció este domingo de luto luego de fallecimiento de su líder por más de 68 años en la entidad, el Rabino Moisés Kaiman, quien de causas naturales perdiera la vida.

La noticia fue un shock para las poco más de 150 familias congregadas en la entidad fieles a estas creencias, quienes fueran notificadas de manera extraoficial por miembros cercanos a la familia de Moisés Kaiman.

El líder espiritual de la comunidad judía de Monterrey falleció a la edad de 97 años, según trascendiera la noticia en voz de amigos cercanos y familiares.

El Rabino había llegado a la entidad sultana en el año de 1944, huyendo del campo de concentración de Auschwitz, luego de pasar una breve temporada por Cuba, de donde junto con su esposa vino a Monterrey tras sufrir la pérdida de sus padres, hermanos y familia política por el imperio nazi.

Ayer pasadas de las 14:00 horas se realizó una ceremonia privada en el Panteón San Jorge, a la que asistieron representantes de la comunidad judía, así como amigos cercanos.

Al Rabino Moisés Kaiman se le estima mucho porque fue líder judío no solo de la comunidad regia sino internacional por su amplia visión humanista aplicada en su directriz.

ACTUALIZACIÓN DE TRIBUNA ISRAELITA: MÁS DATOS ACERCA DEL RABINO KAIMÁN

El Rabino Kaimán nació en Polonia en 1913 de donde huyó en 1941. En 1944, tras una breve estancia en Cuba, llegó a la ciudad de Monterrey acompañado de su esposa y se constituyó en líder espiritual de la comunidad judía local. En 1993, recibió su carta de naturalización, concretando su sueño de ser orgullosamente mexicano.

Recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la Medalla al Mérito Diego de Montemayor por parte del Ayuntamiento de Monterrey (1993) y la Medalla al Mérito Cívico Presea Estado de Nuevo León por parte del gobierno del Estado (2005). Fue invitado a recibir al papa Juan Pablo II en las dos ocasiones que visitó la ciudad, recibiendo en 1979 una carta del Vaticano haciéndole saber que el Pontífice había viajado de regreso a Roma con la Biblia hebrea que le había llevado como presente.

Por su labor social, por su apoyo a las causas filantrópicas de diversas instituciones y por su búsqueda de la colaboración interreligiosa fue nombrado Decano del Consejo Interreligioso del Gobierno del Estado de Nuevo León (CINL). En diciembre del 2009, el CINL en homenaje a su trayectoria como guía espiritual de los judíos en el Estado, develó una placa en su nombre en el Parque Fundidora.

Su labor espiritual no se limitó a la conducción de la Comunidad Israelita de Monterrey, sino que desde su arribo demostró tener un espíritu generoso que encontró la hermandad entre todos los hombres, dando respuesta a las necesidades de consejo y consuelo de todos sus congéneres.

Fue ejemplo de ecumenismo y compromiso por la sociedad regiomontana, promoviendo la paz y la convivencia armónica en toda circunstancia.