LNE.ES

En Austria la polémica está en la calle. «La Galería» de ayer mostraba a un grupo de descerebrados bailando en ropa de gala en una de las salas del Palacio Imperial, en Viena. Era una fiesta que los neonazis europeos hacen coincidir todos los años con el Día del Holocausto. Al parecer les hace gracia la fecha.

La presión ciudadana ha obligado al Gobierno austriaco a anunciar que este ha sido el último año en que la Administración cede para este fin el Palacio Imperial. Hasta la fecha no se les había ocurrido que ceder un edificio del patrimonio nacional para albergar los pasos de baile de la ultraderecha europea no estaba del todo bien.

Lo cierto es que durante todo el fin de semana hubo movilizaciones ciudadanas en Austria en contra de los festejos de los ultra en fecha tan señalada (el viernes se conmemoró la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Hubo veinte detenidos (entre los manifestantes, no entre los bailarines) y otras nueve personas resultaron heridas leves tras la protesta.