REBECA CIMET
EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

En los años 70’s tuve la fortuna de vivir con mi familia en Israel por poco tiempo. Pasamos el primer mes en un Ulpan y después rentamos una casa que estaba en Hertzlya Pituaj, justo enfrente del mar. Nuestra experiencia fue maravillosa, vivir en Israel no es fácil pero el país se te va metiendo de a poco en la sangre y te roba el corazón.

En mi caso personal el haber rentado esa casa fue parte de que mi experiencia fuera tan especial y ahora después de casi 35 años quisiera revisar una parte importantísima de mi vivencia en ese entorno

La casa era de Meyer Levin y Tereska, su esposa en segundas nupcias
Meyer Levin fue un escritor importante aunque quizás pocos de ustedes lo leyeran. Escribió entre otros Los Pioneros de Israel, Compulsión, La Obsesión y Eva.

Yo a él lo vi de lejos, estaba siempre en su estudio, en el piso de arriba de la casa, en donde la vista era excepcional.

Yo quisiera más bien hablar de su esposa, de Tereska.

Cuando llegué a Israel mi inglés no era muy fluido y aunque mi hebreo era bastante bueno, leerlo se me complicaba mucho. Me encantaba leer y después de agotar los libros que traía, empecé a buscar en la casa que tenía muchos ejemplares en inglés y afortunadamente algunos en español, entre ellos uno escrito por ella. Era su biografía, y es precisamente su vida, o lo que me quedó de esa historia, la que quisiera compartir con ustedes.

Tereska nació en Francia, quizá en los años 20s. Sus padres habían emigrado de Polonia en esas épocas. Su abuelo paterno era Rabino y cuando su padre llegó a su edad adulta decidió ser escultor. La escultura estaba prohibida determinantemente por la religión judía y siendo él hijo de un rabino, tuvo que pensar en emigrar para cumplir con su vocación. El y su esposa viajaron a Francia. El nombre artístico del padre de Tereska era Marek.

Marek pudo en un clima de libertad, lejos del juicio paterno, desarrollar su capacidad artística y convertirse en uno de los pocos escultores judíos del momento (si no que el único).

Una vez instalados en Francia nació Tereska y poco tiempo después la familia decidió convertirse al catolicismo, a un catolicismo “blanco” que habrá estado de moda entre los intelectuales y artistas, en el que la sexualidad no era un factor presente, por lo que Tereska fue la única hija de la pareja..

Tereska habrá sido una niña, cuando un periodista neoyorkino, Meyer Levin, llegó a Paris buscando a un escultor judío llamado Marek. Él tenía en mente hacer un reportaje de los artistas judíos en el mundo y Marek era uno de ellos.

Tereska recuerda vagamente a Meyer, la diferencia de edad era muy grande entonces, pero algo quedó plasmado en la vida de ambos que hizo que años después sus vidas se unieran.

Meyer Levin regresó con su reportaje a NY y ahí siguió su carrera de escritor y periodista. No me queda claro si ya para entonces estaba casado pero si sé que se casó y tuvo dos hijos.

Tereska por otro lado se casó años más tarde con el hijo de León Blum, político francés tres veces primer ministro, que además trabajó para crear un frente contra las fuerzas fascistas por lo que fue prisionero en un campo de concentración además de su origen judío.

Pocos días después de la boda de Tereska, su esposo fue enviado por las fuerzas armadas al frente y muy pronto muere, dejando a Tereska embarazada de una hermosa hija. Años después Meyer y Tereska se encuentran, deciden casarse y tienen un hijo en común.

La historia básicamente es esta, debo admitir que quizá no parezca muy interesante, a mi me pareció fascinante vivir en la casa de esta excepcional pareja, rodeada de sus libros y de las esculturas de Marek.

Pero más que esto debo de compartirles que en el prólogo del libro, Tereska habla de un sueño, en el que ella va desfilando en el centro de una sinagoga/iglesia, como para casarse y es ahí en donde su conflicto religioso aflora, haciéndola sentir traidora en la sinagoga a la vez que a la iglesia.

He estado estudiando sobre filósofos/as judíos de la época Simone Weill, Hanna Arendt, Walter Benjamín. Ninguno de estos se convirtieron al cristianismo. Tereska no tiene la talla de ellos pero trato de visualizar un panorama de lo que significaba nacer en una familia judía, ya sea tradicional o rebelde de la época, en donde después de un tiempo de emancipación, el judío tradicional tuvo oportunidades impensables para sus padres y abuelos, los horizontes de ellos se abrieron de una manera ilimitada, dando lugar a un desarrollo de la intelectualidad judía sin precedentes. Cada uno de estos judíos tuvo que cuestionar su judaísmo, revaluarlo, despojarse de ciertos prejuicios e incluso desertar de gran parte de su cultura y sobre todo de su comunidad. Las vidas de muchos judíos de esa época fue conflictiva desde el intelecto y desde el corazón; en donde para ser incluidos en las sociedades que les abrían el paso, debían de apartarse de muchos estereotipos e incluso abandonar drásticamente su religión si querían cumplir sus sueños, su vocación, sus destinos.

Ya sea al nacer porque sus padres los bautizaban para darles la oportunidad de ser “alguien” o porque ellos se apartaban de la comunidad esa necesidad de pertenecer finalmente y destacar en nuevos ámbitos los conflictuó de manera profunda.

Lo que se quedó conmigo tantos años, antes de saber lo que hoy sé de sus contemporáneos, es que Tereska después de haber nacido de una familia conversa, de padre escultor y rodeada de nada que fuera judío, vivió muchos años de su vida en Israel, casada con un escritor siempre cercano a los temas judíos, a la que su conversión la persiguió siempre, y en donde su judaísmo la liberó.