JENNY ASE EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO

Rondo el sin fin de mi memoria,
los pasos en que escucho
las piedras de tu Historia.
Vienes a anudarme los sentidos,
Jerusalem del mundo,
centro inefable de mi culto;
espíritu de un tiempo
que sin tiempo nos convoca.
Recorro los secretos de tu Nombre,
ciudad de mil recuerdos
donde anida el corazón judío.
¿Dónde estás?
desde mi diáspora te ansío,
desde el lugar lloroso de mi exilio,
y canto, porque amalgamas en tus muros lo vivido,
tu pueblo desde todos los confines te vislumbra:
oro, brillo, luz que amedrenta los sentidos: trascendencia.
En las calles de mi nombre está tu ausencia,
vives en cada paso que doy lejos de tu centro,
en cada trazo del futuro que alimento.
Habitarte ciudad de fuego,
llamas en todas las plegarias,
Dios habita en tus latidos,
brama:
“Oh pueblo peregrino
vuelvan al comienzo,
retornen a su sitio,
pueblo, Libro,
recorran el camino de la Letra
y no olviden la Luz que los aguarda,
templo, nido, cuidad donde los rostros se unifican
en la espera de un Shabat eterno.”

Que el Eterno te bendiga desde Sión
y contemples el bien de Yerushalaim
todos los días de tu vida.
Que veas con los hijos de tus hijos
la paz sobre Israel.
Salmo 128: 5,6

Canto, desde mis entrañas, el deseo
de un bien que multiplique
la paz sobre mi pueblo.

He ahí que te levantas
de entre las cenizas de la historia,
infinita, indestructible
ves tu gloria.

Jerusalem, en qué verso puedo describirte,
en qué poema cabe tu memoria,
en qué silencio abrazar todas tus piedras,
cada signo cada huella.

Inefable te levantas sobre el tiempo,
y bajas del cielo a la tierra construida,
develas los misterios que guardas en tu centro.

Núcleo del núcleo de la historia,
Jerusalem de oro y viento,
vienen tiempos de alegría
donde cosechar el vuelo
de todas las palomas.

Y nosotros con el Libro en las espaldas volveremos,
desde los cuatro confines de la tierra cantaremos,
libres, Jerusalem, de todas las cadenas
volveremos.