www.judaismohoy.com -Uno de los preceptos del día de Purim es la mitzvá de darle regalos a los pobres, o en hebreo matanot laevionim, como nos enseña la meguilá de Ester:“Escribió Mordejai estas cosas, y envió libros a todos los judíos de los países del rey Ajashverosh, los cercanos y los lejanos, para comprometerse a hacer el día catorce del mes de Adar y el día 15 de ese mes, cada año, lo mismo que hicieron los judíos en los días en que descansaron de sus enemigos, y en el mes que se les transformó a ellos la tristeza en alegría y el duelo en día festivo… y regalos a los pobres”(Ester 9:20-22).

Por cuanto que el versículo dice “regalos” en plural, los Sabios aprendieron que la mitzvá consiste en dar dos regalos, y por cuanto que está escrito “a los pobres”, es obligación dárselos a dos personas pobres, es decir, un regalo a cada pobre.

Los regalos a los pobres deben ser entregados el día de Purim y no los días anteriores a la fiesta. Asimismo, estos se deben repartir durante el día de la fiesta y no por la noche anterior, y es correcto darlos después de la lectura de la Meguilá. Pero si alguien vive en un lugar o en una zona donde no hay pobres y algunos días antes de Purim quiere darle dinero a alguien que si vive en un lugar donde hay pobres para que lo reparta en el día de Purim puede hacerlo y cumplirá así la mitzvá.

Tanto los hombres mayores de 13 años como las mujeres mayores de 12 están obligados a dar matanot laevionim, y así como en todas la mitzvot se debe educar a los niños pequeños en el cumplimiento de esta mitzvá.

Esta mitzvá se cumple ya sea que se le dé la tzedaká a hombres o a mujeres o incluso a niños pobres, y en principio, esta mitzvá debe ser cumplida regalando algo que se pueda utilizar en Purim, ya sea dinero o comida o bebida.

El monto de cada regalo debe ser como mínimo el equivalente en nuestra época al valor de una moneda de la época del Talmud llamada: “perutá”, y esto es una cantidad de dinero menor que un dólar estadounidense, y para saber el valor exacto en la moneda de cada país se deberá consultar con el Rabino de la comunidad. Sin embargo, es preferible ser generoso y dar más dinero al cumplir la mitzvá de los regalos a los pobres que la mitzvá de comer la comida festiva o la mitzvá del envío de comidas a los amigos, pues no hay alegría más grande y excepcional que alegrar el corazón de los desposeídos, de los huérfanos y las viudas, y quien alegra a estos se asemeja a D’os.

A pesar de que el resto del año cuando damos tzedaká a alguien, podemos averiguar antes de darle si realmente es pobre o es un engañador, en el día de Purim no debemos hacer esto y el dinero que pensábamos repartir para cumplir esta mitzvá se lo debemos dar a las dos primeras personas que nos pidan tzedaká.

Los pobres pueden hacer con el dinero lo que deseen y no están obligados especialmente a comprar con ese dinero comida para la seudá de Purim.