LA PRENSA GRÁFICA

Depositado en la sede general de Naciones Unidas, pero muy poco conocido, existe un archivo formado por los documentos sobre 10,000 casos de criminales de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, desde las acusaciones belgas contra Adolfo Hitler hasta el juicio de un comandante japonés por incitación a las violaciones.

Investigadores británicos y estadounidenses quieren que se abra al público ese archivo –formado por centenares de miles de páginas depositadas en 400 cajas– por primera vez en 60 años, por considerar que no solamente son históricamente valiosas, sino que podrían ilustrar precedentes legales que harían comparecer ante la justicia a algunos de los criminales de guerra de hoy día.

El Museo del Holocausto en Washington desea igualmente la apertura de los archivos. “Es indignante que el material que podría ayudar llevar a los criminales de guerra ante la justicia y mejorar nuestro entendimiento del Holocausto siga siendo secreto”, dijo el académico británico Dan Plesch, que quiere abrir los archivos.

El archivo pertenece a la Comisión de Crímenes de Guerra de la ONU, creada en octubre de 1943 por 17 naciones aliadas para emitir listas de presuntos criminales de guerra –integradas por unas 37,000 personas– y examinar las acusaciones en su contra, lograr su detención y juicio.

El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt usó por primera vez la expresión “Naciones Unidas” en 1942 en referencia a los países que se comprometieron a combatir el nazismo alemán y sus aliados. La ONU, con 193 miembros, nació en octubre de 1945. La comisión de crímenes de guerra fue derogada en 1948, y al año siguiente, la secretaría de la ONU dispuso que los archivos estuvieran disponibles solamente a los gobiernos de forma confidencial.