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El tranvía de Jerusalén, inaugurado el pasado agosto, suspendió hoy su servicio en parte de su recorrido tras ser apuñalada una mujer judía supuestamente por un palestino, en lo que podría ser el primer ataque con fines políticos en este medio de transporte.

“Una mujer de 21 años fue apuñalada mientras viajaba en el tranvía y se encuentra hospitalizada y en estado entre moderado y grave”, dijo a Efe el portavoz de la Policía israelí, Miki Rosenfeld, que indicó que se trata del primer incidente de violencia de esta gravedad desde que empezó a funcionar ese medio de transporte.

“Según los primeros datos de la investigación y las declaraciones de testigos, el atacante era un árabe que huyó del lugar”, señaló el portavoz.

El servicio ferroviario ha sido suspendido temporalmente mientras los agentes recaban pruebas en el lugar, y la Policía ha incrementado las patrullas en la zona del ataque y el noreste de Jerusalén.

La víctima fue apuñalada en el pecho y la mano justo cuando el tranvía se acercaba a una parada, informó el servicio de noticias israelí Ynet.

El tranvía, que recorre tanto la parte oeste de la ciudad -judía- como el este -territorio palestino ocupado por Israel desde 1967-, es uno de los pocos lugares de Jerusalén donde judíos y palestinos conviven a diario.

Su trazado cubre los 13,8 kilómetros que separan el Monte Herzl, en el oeste de Jerusalén, del asentamiento judío de Pisgat Zeev, en la parte oriental palestina.

El hecho de que la línea sirva tanto a los residentes del oeste como a los palestinos y colonos judíos del este había generado dudas sobre su seguridad y forzado a que decenas de supervisores y guardias estén presentes en los vehículos en cada viaje.