JOSÉ KAMINER TAUBER PARA ENLACE JUDÍO

Bernhard Weiss nació en Alemania en el año de 1880 bajo el reinado del emperador Guillermo I, se crió en el seno de una familia liberal de muy buena posición. Los Weiss se consideraban patriotas alemanes que Bernhard y sus tres hermanos se enlistaron en el ejército en 1914.

Sus padres estaban orgullosos de ser judíos, su hermano mayor, Max, fue muy activo dentro de la comunidad que llegó a dirigir la sinagoga de Fasanenstrasse.

Bernhard Weiss sirvió en el ejército imperial durante la Gran Guerra de 1914-18, Bernhard escaló posiciones en el ejército donde comenzó como jefe de sección de una compañía médica terminando como capitán de caballería, alcanzando el rango extremadamente raro (para un Judío) de oficial y la distinción del más alto honor militar, la Cruz de Hierro Primera Clase siendo un héroe de guerra casi desconocido.

Cuando se acercaba el final de La Primera Guerra Mundial, Alemania giró su foco de atención hacia la seguridad interna. En el verano de 1918, ante los disturbios que se sucedían en Berlín, que se encontraba en peores condiciones que los frentes de batalla. El ministro del interior prusiano tomó la sorpresiva decisión de que Bernhard Weiss, fuera trasladado del frente para servir como jefe adjunto de la Kripo (Kriminalpolizei), la policía criminal de Berlín para tratar de estabilizar la capital. Él era el primer judío en ocupar ese puesto.

Dirigió la policía de Berlín en la agitada década de los 20, que precedió a la llegada de los nazis al poder, no era una tarea fácil. Logró ascender en los escalafones de la jerarquía policial, a pesar de su origen y el creciente antisemitismo post guerra, Bernhard Weiss se convirtió en el judío más estigmatizado y odiado por Joseph Goebbels.
En su nuevo cargo, Weiss aplicó avances científicos para aclarar crímenes, con microscopios mejorados, detectores de mentiras confiables, y análisis de sangre más exactos. También innovó al crear el primer laboratorio forense móvil, conocido informalmente en esa época como el “Weiss wagon”, que mejoró las evidencias científicas al trasladarse a la escena del crimen.

El hecho que aquel novedoso laboratorio se haya popularizado con su nombre, no se debe sólo a que él lo concibió, sino a que Weiss era el miembro más visible de la policía berlinesa durante los años 20. Desde sus diferentes cargos policiales durante esa época, recibía a celebridades, daba discursos, editaba la revista de la policía y escribía artículos, con el propósito de mejorar la imagen de la fuerza.

Llegó a convertirse en el judío que llegó al puesto más alto en el escalafón de los servicios de seguridad de Alemania. También fue el único judío que envió a prisión a nazis. Hasta que fue creado el Estado de Israel, sólo él tuvo el poder real de enfrentar a los nazis. Bernhard Weiss llegó a ser uno de los policías más famosos en los días de la República de Weimar, una democracia parlamentaria que siguió después de la monarquía prusiana y precedió a la dictadura nazi. Durante este interregno que resultó un conflictivo período, Weiss fue el arquitecto de convertir a la represiva policía de Berlín en una fuerza moderna

El compromiso y habilidad de la Kripo de aquellos años elevaron su reputación a la altura de la de Scotland Yard. Un año, el departamento llegó a la estadistica del 97% de homicidios resueltos. La carrera de Weiss en el departamento de policía se asemejó a la que tuvo en el ejército, en 1925 fue ascendido a jefe de la Kripo, y dos años después se convirtió en comandante en jefe de la policía de Berlín.

Profundamente involucrado en su sociedad, Weiss fue miembro del Partido Democrático Alemán, entre cuyos fundadores se encontraba Albert Einstein, y a través de su esposa, Lottie Weiss, muy vinculada a la actividad artística, fue parte de la escena cultural berlinesa. Ninguna de estas actividades redujo su compromiso con la comunidad judía. Weiss fue miembro del seminario rabínico y participaba también en la Unión Central de Ciudadanos Alemanes de Fe Judía.
Para los nazis, el comandante en jefe ejemplificaba la característica más objetable de la República de Weimar. Esto no impidió que Weiss se preocupara por la comunidad judía, cuando la violencia antisemita creció, el clandestino Servicio de Defensa Judío recibió apoyo, desde su puesto, Weiss tuvo que lidiar con los Camisas Pardas. En mayo de 1927, la policía de Berlín clausuró la sede del partido Nazi, impidiendo los mitines y eliminando la financiación y la publicación de propaganda. Esas prohibiciones se realizaron gracias a las convicciones de Weiss. En agosto del mismo año, detuvo a casi 500 berlinenses cuando regresaban de un encuentro nazi en Nuremberg.

Años antes, cuando Walter Rathenau, el Ministro del Exterior judío de la República de Weimar fue asesinado, en 1922, Weiss dirigió exitosamente la búsqueda de los asesinos.

No sorprende que un judío con semejante exposición pública tuviera enemigos poderosos, como el futuro ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels representaba todo lo que detestaba ya que era un Judio inteligente en una posición de autoridad en el odiado democrática “sistema” de la República de Weimar también de ser una conciencia y en general apreciado por sus colegas, entre los más destacados. Goebbels dirigió una persecución contra Weiss, al hacer de él el blanco de calumnias persistentes en las páginas de su diario Der Angriff (El Ataque), para generar una reacción antisemita.

Weiss por su lado demandó por difamación a Goebbels 60 veces, y prácticamente todos los pleitos contra el ideólogo nazi los ganó. Incluso logró que se le prohíbiera hablar en público por varias semanas. Sin embargo, la historia demostró que sus acciones judiciales resultaron en vano, y poco tiempo después el partido Nazi incrementó sus fuerzas.

Paradójicamente, Joseph es un nombre de origen hebreo, y Bernhard de raíz alemana.

Todavía hoy en día, la estigmatización llevada a cabo por Goebbels es estudiada como un clásico ejemplo de la manera en que los estereotipos negativos pueden ser usados para marginar y demonizar a las minorías.

Apenas Hitler logró convertirse en canciller, en 1933, Weiss fue despojado de su ciudanía alemana, incluso antes de ser emitidas las Leyes de Núremberg.

Poco después de la llegada de los nazis al poder, logró escaparse a Londres junto con su familia, donde encontró trabajó en una imprenta. La noticia acerca de que su ciudadanía había sido restablecida le llegó en 1951, pocos días antes de ser internado en el hospital donde murió de cáncer, a los 71 años.