HAARETZ/ TRADUCCIÓN MAY SAMRA

28 de marzo 2012- Decenas de delegaciones internacionales que comprenden cientos de activistas pro-palestinos comenzaron a llegar al Líbano el miércoles, por delante de las manifestaciones masivas previstas para el Día de la Tierra, que conmemora en 1976 la muerte de seis árabes israelíes que protestaban por políticas israelíes.

En el mundo árabe, se han anunciado llamadas a marchas de protesta hasta la frontera con Israel. Haaretz ha aprendido que los desacuerdos más importantes se han desarrollado entre los líderes, organizadores de la protesta, en su mayoría palestinos, en Cisjordania y los países árabes vecinos, así como entre otros activistas identificados con Irán, Siria y Hezbolá.

También se ha aprendido que los organizadores de la protesta, que llamaron al evento “Marcha Mundial sobre Jerusalén”, están tratando de refinar su mensaje de protesta y evitar una confrontación física con las fuerzas israelíes.

El miércoles, los activistas libaneses informaron que las delegaciones internacionales de los grupos pro-palestinos comenzaron a llegar a los aeropuertos de Beirut y Trípoli.

Otros informes indican que el ejército y la inteligencia libaneses han preparado un plan detallado y la ruta de la marcha del viernes, lo que indica que la actividad de protesta se llevará a cabo en un complejo cerca de la frontera con Israel. La marcha se llevará a cabo en plena coordinación con las fuerzas de seguridad libanesas.

Informes libaneses también indicaron que la fortaleza de Beaufort servirá como el punto final para todos los activistas de protesta, ya que las ruinas son un símbolo de la resistencia palestina y libanesa contra Israel.

El martes, los organizadores de las marchas de protesta internacionales, programadas para el viernes, expresaron su preocupación de que las manifestaciones podrían salirse de control debido a la participación de activistas de fuera del país, algunos de lugares tan lejanos como Asia del Este.

La brecha entre los organizadores iniciales y los de fuera se amplió después de que una delegación de activistas pro-palestinos del este de Asia y de algunos países árabes llegó a Irán y se reunió con un asesor iraní del líder espiritual del país, el ayatolá Ali Jamenei .

Irán prometió apoyo a la protesta, lo cual no fue muy bien acogido por el grupo inicial de organizadores de la Marcha, en su mayoría palestinos, que querían mantener su independencia.

Especial preocupación causó el hecho de que los extranjeros se hicieran cargo de las marchas de protesta y buscaran enfrentamientos en las fronteras de Israel- en particular con Líbano y Siria- y que los forasteros transmitieran mensajes contrarios a los deseos de los organizadores originales.

Los miembros del comité de organización inicial dicen que los planes de su grupo contemplaban llamar a marchas pacíficas en las áreas de Cisjordania, controladas por la Autoridad Palestina, en la zona de Jerusalén,en Jordania y varios lugares de Europa, particularmente frente a las embajadas israelíes.