REUVÉN HAMMER/ CIDIPAL

Cualquier movimiento de protesta social haría bien en tomar a la Torah (el Pentateuco) como su mandato y guía.

Yo no sé usted, pero me estoy cansando que la Torá (el Pentateuco) sea mal representada como si fuera un libro pasado de moda, fanático y primitivo llamando a la represión de las mujeres, el maltrato de los no- judíos, el odio hacia los árabes y en general una visión del mundo obscura y opresiva. Alguna de esas personas, que pretenden representar las opiniones de la Torah (el Pentateuco), lo leyeron? y no quiero decir escuchar la porción semanal a ser leída en la sinagoga o discutir sobre el significado de esta o aquella palabra de acuerdo a como es interpretada por las fuentes antiguas sino buscando su mensaje cuando irrumpió, por primera vez, en la escena mundial, y qué tiene para decirnos hoy. Si lo hicieran descubrirían un documento que destrozó todos los mitos antiguos y formuló leyes sociales revolucionando el concepto de lo que una sociedad humana ideal debería ser. Fue, y sigue siendo, uno de los más –si es que no el más – grandiosos documentos humanísticos, capaz de liberar las fuerzas de la oscuridad, las creencias tontas y revisando leyes antiguas de manera liberal y humana.

Desde sus capítulos iniciales la Torá (el Pentateuco) proclama ideas que nunca fueron escuchadas: la igualdad de todos los hombres, la igualdad de hombres y mujeres, el valor inherente y la dignidad de toda vida creada a imagen de D-os. Puede no haber tomado los pasos para lograr la igualdad legal total (hombres y mujeres), pero avanzó un largo trecho en ese viaje y estableció la meta para lo que todavía tendría que ser logrado en el futuro. Nos enseña la maldad de la esclavitud, la elimina en Israel, dejando solo la servidumbre por acuerdo, y la mitiga para todos los pueblos, dictaminando el trato apropiado e, incluso, el amor por los extranjeros, y hace un llamado para cuidar de pobres y oprimidos. También demuestra la dignidad del trabajo y la necesidad de tratar bien a los trabajadores y pagarles salarios apropiados.

La Torá (el Pentateuco) va tan lejos como para visualizar una sociedad en la cual no hay pobreza; en la cual todos tienen una parte igualitaria en la propiedad de la tierra para que así nadie quede sin hogar. Innova leyes que no permitían que nadie perdiera su tierra o estuviera sumido en deudas, proclamando la devolución periódica de la tierra a sus propietarios originales y perdonando las deudas. Otorga subvenciones a los pobres y concede el derecho legal para tomar productos del campo para que así no pasen hambre.

No conozco ningún documento antiguo o moderno que esté tan preocupado por el bienestar de los necesitados, por aquellos que no tienen ningún poder. Osadamente declara que Di-s es su defensor y protector. Ninguna sociedad se acerco, siquiera, a esta visión.

Milenios antes de la Carta Magna, la Torá (el Pentateuco) advirtió sobre los excesos de los monarcas y limitó severamente los poderes y los derechos de los reyes. En realidad en la Torah (el Pentateuco), toda la idea una monarquía fue vista solo como una concesión a las necesidades y debilidades humanas y no como un ideal. No hay ningún derecho divino para los reyes, solo limitaciones a su poder. En qué otra sociedad antigua podría un rey ser castigado por sus crímenes como lo fue el rey David por Nathan? La Torah limita y redefine el papel del clero –los sacerdotes- que sirven a la gente y a D-os. No tienen poderes sobrenaturales o mágicos, ni poseen ningún conocimiento secreto oculto a la gente común.

La Torá está abierta para todos. Sólo compare sus leyes y las instituciones políticas que estableció con la sociedad del antiguo Egipto del cual los israelitas habían emergido para apreciar la grandeza de su visión.

Cualquier movimiento de protesta social haría bien en tomarla como su mandato y su guía. De verdad es tiempo de recuperarla de aquellos que la distorsionan y verla como el documento liberador que realmente es.

El escritor, ex presidente de la Asamblea Internacional Rabínica, ha sido ganador dos veces del Premio Nacional del Libro. Su último libro es La Revolución de la Torah (Jewish Light).