MAY SAMRA PARA ENLACE JUDÍO

“Sin palabras” fue el leitmotiv elegido por el CDI para su Yom Hashoá 2012, en una espectacular conmemoración. ¿Por qué este título? En palabras de Fanny Sarfati, co-directora del evento, “ya se ha dicho todo” acerca del Holocausto- por lo tanto, se optó por el gesto y la música.

El Salón Mural fue sede de esta majestuosa representación, en la que seis vagones,en recuerdo de los seis millones de judíos asesinados en el Holocausto, fueron escenarios de pequeños sketches, actuados de forma simultánea, mientras una composición musical- realizada especialmente por el evento por Abraham Reichhand- sonaba, entrecortada por los bramidos del tren.

Y llegó el tren… las vías fueron el elemento central de este inolvidable Yom Hashoá. Unas vías que llevaron, en medio de la indiferencia del mundo, a cientos de miles hacia una muerte sórdida, ingrata, indigna. Los espectadores nos encontramos de pronto en la oscuridad, paralizados por el ruido ensordecedor de la locomotora, cegados por los proyectores, rodeados de vagones; fuimos dirigidos, como una masa amorfa, hacia una sola dirección.

En los tres vagones de la izquierda, niños se escondían, oficiales nazis apresaban a madres angustiadas, manos arañaban paredes, cuerpos buscaban huir de sus cárceles…

De pronto, como un augurio, sonó el Shofar. El Yizkor fue recitado, majestuoso. Y seis sobrevivientes del Holocausto prendieron sendas velas del recuerdo. Un minuto… sin palabras.

Pasamos a los vagones de la derecha: partisanos imprimían publicaciones clandestinas, niños eran mensajeros y mandaderos, solidaridad y heroísmo caracterizaron los guetos; justos entregaban pasaportes y libertad; y, en una cena de Shabat, una familia de antaño pasaba a una familia de hoy, la estafeta de la tradición que mantiene vivos a los pueblos.

Y cuando nuestros ojos ya se habían llenado de dolor y de heroísmo, cuando el bramido del tren era ya insoportable, cuando el miedo se había apoderado de nuestros corazones… sonó la música de Hatikva. Escenas y paisajes de Israel llenaron la pantalla, recordándonos que el Estado Judío existe y que, con él, ya no somos huérfanos de nuestra tierra.

Corrí hacia las bolsas de pan y mordí una rebanada… Todos somos sobrevivientes, pensé,…pero Am Israel Jai.

El pueblo de Israel ¡vive!