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Expertos informáticos trabajan aún hoy para eliminar los efectos del ataque cibernético registrado el domingo pasado contra los ordenadores del sector petrolero de Irán, informó la agencia oficial, IRNA.

El jefe del Centro de Crisis del Ministerio de Petróleo, Hamdola Mohamadneyad, dijo a la agencia que, mientras prosiguen las labores para evitar posibles daños, “todas las unidades operativas del Departamento, como las dedicadas a producir y exportar crudo, trabajan adecuadamente”.

Mohamadneyad también dijo que el ataque fracasó y las bases de datos de los ordenadores no se vieron afectadas: “Unos pocos de los servidores (informáticos) del Ministerio sufrieron el ataque de un software maligno, pero los responsables de los servicios de seguridad lo hicieron fracasar inmediatamente”, indicó.

Ayer, la agencia local Mehr informó de que el Ministerio de Petróleo de Irán, la Compañía Nacional de Petróleo Iraní y algunas compañías filiales habían sufrido el domingo el ataque de un “gusano cibernético”, pero que fue detectado antes de que pudiera infectar sus sistemas informáticos.

Según la información de Mehr, confirmada más tarde por la agencia local Fars, el ataque cortó el acceso a internet de esas instituciones y empresas, por lo que las autoridades iniciaron una investigación sobre los hechos y crearon una unidad especial de crisis, sin saber si el “gusano” procedía de Irán u otro país.

Ali Reaza Nikzad, un portavoz del Ministerio de petróleo, confirmó a la agencia local Fars el ataque e insistió en que no dañó información destacada, aunque alcanzó “algunos datos generales”, de los que en todo caso cuentan con copias.

Desde el domingo pasado, en Irán ha quedado cortado el acceso a muchas páginas de internet, entre ellas las que tienen un protocolo de entrada de seguridad https, según pudo comprobar Efe.

El sector petrolero y el financiero son los dos más afectados por las sanciones impuestas a Irán por Estados Unidos y la Unión Europea debido a su programa nuclear, que algunos países creen que tiene una vertiente militar destinada a fabricar bombas atómicas, lo que Teherán niega y afirma que es exclusivamente civil y pacífico.

Teherán ha denunciado reiteradamente supuestas agresiones informáticas, que atribuye a Estados Unidos e Israel, para crear problemas en sus sistemas informáticos públicos, militares y de seguridad y, sobre todo, en sus instalaciones nucleares.

Millones de páginas web están bloqueadas por las autoridades iraníes, entre ellas las de muchos medios de comunicación extranjeros y también las de grupos sociales y políticos, tanto iraníes como de otros países e internacionales, que el Gobierno de Teherán considera hostiles.