SAL EMERGUI/ELMUNDO.ES

Aunque los comicios en Israel están programados para el segundo semestre del 2013, la atomizada Knesset (Parlamento en Jerusalén) podría disolverse en los próximos meses. Las informaciones, declaraciones y contactos así como el ambiente que reina en los pasillos de los principales partidos invitan a pronosticar elecciones anticipadas.

“Si mis socios en la coalicion exigen cosas inaceptables, no dejaré que me chantajeen y no tendré ningún problema en adelantar elecciones. Pronto lo sabremos. La sensación es que avanzamos hacia elecciones pero aún no hay conclusiones. En la oposición compiten para que se celebren pero en realidad no las desean. Yo no las temo”, dijo esta mañana el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a sus allegados.

“Este Gobierno ha logrado grandes logros gracias a su cohesión. Si se puede continuar, muy bien. Si empieza a desmoronarse y surgen exigencias presupuestarias, no tiene sentido hacer peligrar estos logros”, añadió tanteando a sus socios.

Aunque aún no es oficial, ELMUNDO.es ha sabido que el líder del Likud apuesta para que los comicios se celebren en menos de seis meses.Su escenario ideal es agotar la legislatura pero “si no hay más remedio” las convocará cuanto antes. Quizá en agosto para ‘pillar’ a la dividida oposición sin preparación ni opciones.

Dolorosos recortes

Frentes no faltan para que Netanyahu tenga interés en el adelanto: divergencias en la coalición sobre los presupuestos generales que requerirán dolorosos recortes o la nueva ley (en lugar de la Ley Tal) sobre la movilización de ultraortodoxos al Ejército, la resurrección en verano de manifestaciones de protesta social y las encuestas que le otorgan hoy una victoria contundente.

“En las próximas dos semanas veremos si hay acuerdos sobre la Ley Tal y si hay elecciones anticipadas. Paciencia, señores”, comenta el diputado de Likud, Ofir Akunis.

Su principal socio en la coalición, líder de Israel Beitenu y ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, huele elecciones. “Si no apoyan nuestra iniciativa para que todos sirvan en el Ejército o servicio civil, iremos a las elecciones”, advierte en referencia a la obligación de sustituir la Ley Tal que permite la exención de decenas de miles de jóvenes ultraortodoxos y del sector árabe del país.

Netanyahu no quiere ser llevado a las elecciones por Lieberman (su gran rival en la derecha) sino impulsarlas, por lo que ha enviado ya los primeros emisarios al jefe de la oposición, Shaul Mofaz, para tantear una posible fecha.

La alternativa

Tras ganar a Tzipi Livni en las primarias del centrista Kadima, Mofaz desea elecciones pero necesita tiempo para consolidarse como alternativa. “Este lunes conversaré con el resto de líderes de las facciones para llegar a un consenso sobre la fecha. Hay que evitar que Netanyahu se adelante y convoque elecciones en agosto”, afirma Mofaz que sugiere el 16 de octubre.

En la cita en las urnas, Mofaz, la líder laborista, Sheli Yejimovich y la ex estrella de la televisión, el carismático Yair Lapid usarán las explosivas declaraciones del ex jefe de los servicios secretos internos (Shabak), Yuval Diskin. Refiriéndose a los planes de Israel para evitar que Irán desarrolle, como teme, una bomba atómica, Diskin lanzó su particular bomba. El objetivo: Netanyahu y el ministro de Defensa, Ehud Barak.

“No confío en el actual liderazgo que nos debe llevar a un evento de gran tamaño como una guerra con Irán o una guerra regional. No tengo fe ni en el primer ministro ni en el ministro de Defensa. Realmente no confío en un liderazgo que toma las decisiones basadas en sentimientos mesiánicos”, dijo Diskin que estuvo al frente del Shabak hasta hace un año.

Según él,”crean la sensación que si Israel no actúa, Irán tendrá la bomba nuclear. Hay parte de verdad en esta frase pero la otra es un engaño. Muchos expertos dicen que uno de los resultados de un ataque israelí contra Irán es aceleración dramática de su programa nuclear”.

Netanyahu y Barak le acusan de “actuar por interés político y frustración personal al no haber sido elegido jefe del Mosad”. Aunque el Gobierno se ha lanzado a la yugular de Diskin, no puede ocultar un dato: los que fueron hasta hace muy poco responsables del Mosad (Meir Dagan), Ejército (Gaby Ashkenazy) y Shabak (Diskin) han expresado su nula confianza en Netanyahu.