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El socialista François Hollande se impuso este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas ante el conservador Nicolas Sarkozy, que se convirtió en el duodécimo mandatario engullido por la crisis económica y financiera europea desde 2010.

El candidato del Partido Socialista, François Hollande, ha logrado el 51,56% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, una vez escrutados 32,1 millones de votos -el 90% del total-, según los datos del Ministerio del Interior.

Desde Tulle, en el centro del país, antes de viajar a París para celebrar su victoria, Hollande destacó que los franceses habían “elegido el cambio” y que, entre sus prioridades, figura impulsar una “reorientación de Europa hacia el empleo, el futuro y el crecimiento”.

“Mi misión es dar a la construcción europea una dimensión de crecimiento, de empleo, de prosperidad, de futuro y es lo que diré lo más pronto posible a nuestros socios europeos y en primer lugar a Alemania”, aseguró.

Hollande ya anunció que si ganaba, viajaría a Berlín para plantear a la canciller Angela Merkel una reforma del tratado firmado a principios de marzo pasado que incluya medidas de reactivación económica como contrapeso al rigor presupuestario.

La victoria del político socialista francés supone un salto cualitativo por el peso que tiene este país en la configuración de las políticas de la Unión Europea (UE), a través del denominado eje franco-alemán.

Francois Hollande rindió el mes pasado homenaje a los judíos deportados durante el Holocausto y expresó preocupación por las amenazas que ha proferido Irán contra Israel.

Hollande visitó en París un monumento y museo dedicado y consideró las actividades de este lugar cruciales “para los judíos y la humanidad”.

Unos 76.000 judíos fueron deportados de la zona de Francia que estuvo ocupada por los nazis y se les envió a campos de concentración. La mayoría jamás regresó.

El candidato dijo que “le molestaban” las amenazas iraníes contra Israel pero no dio indicio de cuál sería su política hacia Irán en caso de convertirse en el próximo presidente de Francia.

“Asumo toda la responsabilidad de esta derrota”, aseguró Sarkozy, quien deseó “buena suerte” a Hollande, ante cientos de simpatizantes reunidos en el centro de París. “He hecho todo lo posible para hacer triunfar las ideas que nos unen”, agregó Sarkozy, quien afirmó que “nunca” olvidará el honor de presidir el país, pero no desveló si continuará en la vida política.