ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

“Todo judío debe ir por lo menos una vez en su existencia a “La Marcha de la Vida”, pues estar ahí, ver la barbarie nazi y lo que nuestro pueblo sufrió es algo muy distinto a leer o ver películas”, comenta Shalo Mayerson, quien recientemente vivió está experiencia.

Al platicar con él sobre los momentos más difíciles de este viaje comentó en entrevista exclusiva para Enlacejudio.com :”Hay una parte donde llegas y ves una cantidad enorme de zapatos, de todo tipo: de niño, mujer, hombre, botines, etc. El guía nos comentaba: “Es muy común ver en una ciudad niños sin zapatos, pero ver una enorme cantidad de zapatos, sin sus respectivas personas, no es normal”; en ese momento, los azules ojos de Shalo parecieron brillar.

La Marcha de la Vida también le permitió vivir momentos únicos, como lo fue el encuentro de un soldado norteamericano que liberó el campo de Auschwitz, con un prisionero del mismo campo que, en aquel entonces, debió tener 11 años de edad.

Sin embargo, donde el orgullo, la satisfacción y el cariño a su pueblo lució en todo su esplendor fue cuando Shalo, y el resto del grupo, llegaron a Israel: “Israel está viviendo su mejor momento. Fue pasar de la noche y el horror, al día y la belleza”, acotó.