ESTHER ZYCHLINSKI Y ZVI ZIMAN

Sin duda alguna las enfermedades terminales en algunos de los casos retan no solo a la persona que la padece sino a sus familiares, amigos y conocidos. La historia de esta obra podría ocurrir en cualquier parte del mundo pudiendo ser padre-hija o cualquier otro tipo de relación filial.

La primerísima actriz Teresa Selma adapta la historia de Elio Palencia bajo la dirección del no menos impresionante; Wilfredo Momox, mismo que también actúa, nos cuenta la historia de la maestra y su hijo, él, un exitoso pintor, regresa a su casa tratando de escapar de la presión de la vida cotidiana, sumado al hecho de que tiene SIDA.

Las contradicciones que pasan por la mente de un hombre exitoso, con una enfermedad como ésta, son lógicas si pensamos por los momentos que tiene que pasar, sin embargo, hablando de los progresos médicos hemos conocido gente que vive con esta enfermedad cuidándose, esto no significa que todos puedan sobrevivir por los diferentes grados de esta enfermedad que es una pandemia de la época actual.

Las campañas para poder evitarla no han faltado, si hablamos de la relación hombre-mujer no faltan aquellas del uso del condón y otras precauciones, mismas que no vale la pena repetir, pero que existen y que por pura precaución se deberían seguir.

Obra que se presenta a tres frentes, cuenta exclusivamente como única escenografía una cama, sábanas y una cortina que cuelga desde las luces acompañadas de un par de sillas.

Teresa Selma y Wilfrido Momox confirman lo que hemos visto en otras obras, el uso de un tono de voz bajo además de estar muy bien manejado es suficiente para poder llegar al espectador.

Teresa Selma comentó ya, en el cocktail posterior a la puesta, que recortó varias escenas, además quitó los localismos conservando solo un par de canciones populares.

Es de destacar que son de estas puestas donde el protagonismo se diluye entre el personaje que habla constantemente y otro que lo hace muy poco.

La conclusión, muy emotiva por cierto, de esta versión se presenta cuando está agradeciendo el premio que recibe por sus cincuenta años de maestra a pesar de no llegarle su pensión.

Entre tragedia, comedia y farsa, esta obra más que nada es una lección de vida y esperanza, que no solo podría aplicarse a personas con enfermedades terminales, sino a aquellos que en algún momento sentimos cuando ya no podemos más.

Otra parte central de la historia es el personaje que con sus mensajes en la grabadora no solo marca el cambio de cuadro, sino un apoyo real a uno de los personajes.

El último cuadro es muy bonito, un colofón de amor donde una relación filial es más fuerte, después de éste los actores reciben un merecido aplauso además de mencionar que el autor estaba presente en este estreno.

Teresa Selma y Wilfrido Momox con magníficas actuaciones los invitan a acompañarlos los sábados a las 18:00 horas en “El Foco” en Tlacotalpan 16, pueden llegar por el metrobus Campeche o bien por el metro Chilpancingo.

Los invitamos a que conozcan las puestas de este foro, donde Wilfrido Momox y su gente han trabajado muy duro para sacar adelante, además del gran trabajo de rescate de las obras del Maestro y autor González Caballero, esperamos que Wilfrido siga con esta labor porque sabemos lo difícil que resulta manejar un foro independiente sin ningún apoyo de otra especie.

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