EL PAÍS

Algunas palabras son peligrosas en EE UU. Si las usa en sus artículos o crónicas periodísticas, canales de televisión, correos electrónicos o en las redes sociales quizás llamen la atención del Departamento de Interior (Department of Homeland Security), forzado por una petición bajo la Ley de Libertad de Información a publicar un documento con instrucciones en este sentido.

El documento, de la Capacidad de Monitoreo de Medios del Centro de Operaciones Nacionales del citado Departamento, ha sido publicado en la Red por el Electronic Privacy Information Center, que fue quién planteó el primer lugar la demanda de desclasificación.

La publicación siguió a una audiencia en la Cámara de Representantes para saber cuantos centros o analistas del Estado monitorean redes sociales o medios de comunicación en busca de comentarios que “reflexionen de manera adversa” sobre el Gobierno. No se trata sólo de terrorismo, sino también de desastres naturales, amenazas a la sanidad pública, o la inmigración ilegal, entre otros.

La lista de palabras o frases que considera que indican un peligro para EE UU, en inglés (aunque también se refiere a “equivalentes” en otros idiomas) incluye, como se esperaría, términos como “terrorismo”, “asesinato” “nuclear” o “Al Qaeda”. Pero entre ellos se cuela alguno sorprendente como “cerdo”, “México”, “grupo”, “incidente”, “instalación”, “nube”, “Tamiflu”, “frontera”, “Suroeste”, o “El Paso”, entre otros.

El documento, Analyst’s Desktop Binder 2011, es largo, pues entra en cómo organizar la información que se recaba. Según el Daily Mail británico, el citado Departamento sólo busca amenazas reuniones a EE UU y no meros síntomas de críticas.
Pero cuidado.

Del verde al rojo, se establecen distintos niveles de valoración de la amenaza por los analistas, desde “validar” “informar de forma urgente”.

El Departamento está muy metido en las redes sociales. Tampoco sorprende tanto. Otras agencias harán lo mismo hacia afuera. Y también se hace en muchos países. Sí resulta instructivo para saber lo que más le preocupa al Departamento de Interior de EE UU. Y es ejemplar que se hayan visto obligados a publicar el documento (con alguna tachadura). La Ley de Libertad de Información en EE UU es muy diferente de la Ley de Transparencia que se promete en España. Aunque en estos días, todos acabamos siendo bastante transparentes. Demasiado transparentes.