CON INFORMACIÓN DE AURORA Y LA GACETA

Israel sigue bajo el fuego de las milicias de Gaza. Ayer, 50 misiles llovieron hasta el centro y Sur del país, dejando cuatro oficiales de una patrulla fronteriza heridos leves. Una casa fue alcanzada por un Grad en Sdot Negev, sin dejar víctimas. Dos más cayeron en un polígono de Beer Sheva que se encontraba vacío. La zona sigue en alerta y un colegio ha cerrado.

Ya van 74 impactos desde que comenzó esta nueva oleada de violencia el lunes, respondida por Israel con 12 incursiones aéreas.

Los Comités de Resistencia Popular reivindicaron una quincena de cohetes pero lo grave es que el resto lleva la marca, confesa, del brazo armado de Hamás, tras meses de silencio, de impedir incluso que las demás milicias atacaran Israel. Ahora, dicen las IDF, han recibido la orden de cargar por parte de los Hermanos Musulmanes, triunfadores en las elecciones egipcias y corriente de la que nació Hamás.

Medios locales afirman que palestinos e israelíes, con Egipto como mediador, negocian ya una tregua, oficiosa como la que ahora se mantenía, porque a nadie conviene una escalada mayor. Sin embargo, el repunte es un aviso de lo que está por venir, a juicio de Barry Rubin, director del Gloria Center de Relaciones Internacionales. “Hamás, robustecido, se atreverá a lanzar más cohetes y a realizar ataques fronterizos.

Los Hermanos podrán darles más voluntarios y dinero, no impedirán el contrabando de armas y alentarán la creación en su suelo de cuarteles de Hamás que Israel no podrá tocar. Ahora habrá más libertad para personas y mercancías en la franja. Dudo que sea sólo para ayudar a los civiles. Con los Hermanos Musulmanes, Hamás será la peor pesadilla de Israel y Gaza, el frente más peligroso. Hosni Mubarak ayudaba a Israel a frenar a los islamistas y mantenía el bloqueo de la franja”, abunda.

El historiador Dan Calic recuerda los cánticos de estos días de los afiliados de Hamás –“[Mohamed] Morsi liberará Gaza”– o las palabras del clérigo Safwat Hagazy en un mitin de los Hermanos –“Nuestra capital será Jerusalén por la gracia de Dios. Mandaremos millones de mártires allá”– para advertir del “fanatismo que crecerá” en la franja. “Este oxígeno enardece lo peor de la ideología de Hamás”, añade.

El proceso de paz con Israel, entiende, va a encallar, “porque Hamás radicalizará sus exigencias para aliarse con Fatah, cuando el presidente palestino [Mahmud Abás] rechaza su sectarismo”. La ANP se verá débil a ojos del pueblo. “Confiamos en la promesa de moderación de Morsi y en las presiones de EE UU para que al menos mantenga el acuerdo de Camp David vivo”. Washington, de momento, exige “a los responsables” que detengan “de inmediato” los ataques “cobardes” a Israel.