M.T.

Mientras que las autoridades económicas actuales, sea el gobernador del Banco de México, el presidente de la Asociación de Bancos de México, el secretario de Hacienda o el presidente Calderón, se congratulan unos a otros y afirman que la economía mexicana va muy bien, los candidatos a la Presidencia del país parece que se hubieran puesto de acuerdo para señalar lo contrario, que todo va muy mal -con el objetivo evidente de vender la idea de cambio y del futuro bienestar-.

Recordemos que, más allá de consideraciones ideológicas políticas, el bienestar se define por la garantía de acceso a una serie de tres o cuatro servicios públicos básicos: salud, educación, pensiones y ventajas para las personas con capacidades diferentes. Y que a una buena parte de la sociedad, lo que le importa es que estos cuatro beneficios tengan la mayor calidad posible.

La forma en que los diferentes partidos proponen garantizar estos servicios no es muy diferente, porque todos apuestan por lograrlo mediante inversión pública.

La cumbre de Acapulco, un foco amarillo

En mayo, los cuatro candidatos presidenciales visitaron Acapulco para desglosar sus propuestas económicas en la cita financiera más importante del año. Por lo tanto, era el foro propicio para hablar sobre el futuro económico.

En ese foro, las propuestas económicas de los candidatos resultaron ser más parecidas que divergentes y, desde mi punto de vista, carecieron de sustancia. Todos proponen una política monetaria y financiera que permita a México crecer el doble de rápido que en los últimos 10 ó 15 años, es decir, a tasas del 5 ó 6% anual. Pero ninguno ha garantizado que eso ocurra.

¿Qué es lo que tienen que resolver? Desde mi punto de vista, deben fijarse las 4 siguientes metas:

1-Propiciar más créditos y hacerlos más asequibles.
2-Promover mayores ventajas para las pymes, en las que reside el bienestar de los mexicanos.
3-Aplicar una reforma fiscal y energética.
4-Trabajar para sostener una estabilidad económica de muy largo plazo.

¿Por quién conviene votar?

Por el partido o candidato que trabaje para facilitar las condiciones para que los servicios básicos puedan mejorar su calidad y establezca como prioridades de Gobierno las necesidades económicas urgentes.

Pero, no cometamos el error de pensar que un partido o un candidato resolverán todos los problemas o “llevarán a México al mundo desarrollado”. Recordemos que el capitán de un barco de vapor no puede dirigir el curso del timón y alimentar las calderas al mismo tiempo.

¿Qué es lo que más te importa de estas elecciones?