LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

Por fin terminó la pesadilla de las campañas electorales del 2012 que crisparon los ánimos de la ciudadanía. Resulta injustificado el despilfarro de cuantiosos recursos en propaganda estéril, sobre todo en la coyuntura a el país en donde más del 50.0% de la población vive en la pobreza. Miles de millones de pesos de los causantes se canalizaron a los partidos políticos para que sus candidatos transmitieran mensajes incoherentes; no se plantearan estrategias estructuradas para superar el estancamiento económico y la crisis política, social y de seguridad que experimenta la sociedad mexicana. La solides de los fundamentales de la economía, destacados reiteradamente por el gobierno no se han traducido en bienestar general.

Las descalificaciones que públicamente se registraron entre los diferentes candidatos presidenciales, indican que estos últimos no mostraron sensibilidad política ni principios éticos fundamentales; abundó la charlatanería barata y la demagogia.

La próxima administración, presidida por Enrique Peña Nieto (EPN) seguramente representará un nuevo capítulo del sistemático saqueo de las arcas públicas por parte de funcionarios del gobierno y políticos coludidos con los poderes fácticos, tal y como ha sucedido durante décadas. La presencia y fortaleza del crimen organizado en la República Mexicana, pondrán a prueba una vez más la gobernabilidad del Estado; los intereses partidarios y de funcionarios públicos continuarán siendo la prioridad, relegando a los del país.

El regreso del PRI a los Pinos, no necesariamente determinará que se reactive el inconcluso proceso de democratización iniciado con Vicente Fox. No obstante que el PRI pretende hacer creer a la población que se ha renovado, es evidente que está resquebrajado y que regresa al poder con los mismos esquemas de corrupción del pasado y que los gobiernos del Pan fingieron combatir analistas políticos consideran que la administración panista superaron las triquiñuelas del PRI. “Al PAN lo derrotó la victoria, no supo mantenerse como gobierno democrático que enarbolo en sus campañas; colocó en puestos claves a sus cuates que se distinguieron por su ineficiencia”. Asimismo, exhibieron conductas prepotentes como el reto que hizo el actual Secretario de Economía a los candidatos para que “aprendan economía”; EPN tendrá que tener presente este tipo de actitudes en su gobierno, así como el mal desempeño de sus funcionarios quienes deberán ser sancionados por la Ley, incluso removidos de sus puestos cuando se justifique su mala conducta o incapacidad para desempeñar sus funciones.

En este marco, no es un secreto que los gobiernos del PRD, bajo la protección de su megalómano líder, se protegió a connotados corruptos de ese partido. El PRD heredó el ADN de la corrupción del PRI. Resulta irónico que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) haya promovido con vehemencia en sus campañas políticas, no robar, no mentir y otra serie de principios éticos, cuando en la práctica ha demostrado el mayor desapego de los mismos; la difusión de su República Amorosa fue una farsa.

Se considera que el triunfo del PRI en las pasadas elecciones está relacionado con la amplia infraestructura política que ese partido tiene en todo el país, así como su innegable conocimiento del oficio político; empero, de manera importante, es atribuible a la lectura de los electores sobre el mal desempeño de los gobiernos panistas; en particular existe rechazo a las estrategias que instrumentó para combatir a la delincuencia.

Después de las elecciones la ciudadanía se pregunta sobre el destino de los contendientes que no triunfaron. En este sentido, algunos analistas políticos han comentado en tono jocoso que Josefina Vázquez Mota se dedicará a escribir un libro al que denominará Una Derrota Presidencial Anunciada e ingresará al medio académico para transmitir a los jóvenes su fallida experiencia como funcionaria pública a fin de evitar que estos cometan los errores en los que ella incurrió.

En relación a AMLO, no existe certeza si el aguerrido visionario volverá a incitar a la ciudadanía al caos con el propósito de mantenerse vivo para la próxima contienda presidencial o se retirará a filosofar; actividad que puede desarrollar sin ningún problema económico ya que acumuló una fortuna en su gestión mesiánica. El candidato de utilería, Gabriel Cuadri, seguramente será recompensado por su excelente papel en la farsa electoral que llevó a cabo como Candidato presidencial. A los mexicanos sólo nos queda el consuelo de sentirnos orgullosos de las glorias de los pueblos prehispánicos que habilitaran en nuestro territorio.