SALOMÓN LEWY PARA ENLACE JUDÍO

Recientemente escuché decir a un encumbrado empresario decir que Josefina Vázquez Mota fue alguna vez empleada de su importante negocio.

No fue el tono en que lo dijo, sino el trasfondo.

Si fue empleada por él. ¡Carambas, qué bien! Quiere decir que desde la oscuridad, esa mujer se elevó hasta donde hoy se encuentra, por más denuestos que reciba.

Si lo que quiso decir el empresario fue que él pertenece a un estrato elevado ¡Carambas, qué pobre!

Si lo hizo para impresionar a sus oyentes, no logró más que ser figura de escarnio.

Sí, ya sé que me voy a meter al terreno de los Zuckerman y los Dvorak y de tantos otros especialistas en el tema de la política mexicana, pero me arriesgo.

Empiezo por preguntar – como siempre – ¿los antecedentes no valen cuando no conviene? ¿Cuáles son los de López Obrador? ¿Cuáles los de Peña Nieto?

¿Quién es Josefina Vázquez? ¿Quién es el señor Quadri?

Si no me saben responder, olvídenlo.

La encrucijada en la que nos encontramos los mexicanos para decidir el primero de julio próximo por quién votar es, por lo menos, curiosa.

Por los inefables medios parecería que sólo votaremos por uno de entre cuatro candidatos. No hay tal. Votaremos también por diputados, senadores, gobernadores, jefe de gobierno, presidentes municipales, etc.. que, como de costumbre, nos harán rendirles pleitesía y acatar sus consabidas arbitrariedades legaloides y faustas obras faraónicas.(Si creen que hablo de ridículos , espantosos e inútiles “segundos pisos”, no están muy errados).

Tampoco hablo de agua, drenaje, desorden vial, criminalidad, corrupción, etc., porque A MÍ QUÉ ME IMPORTA).

Cada uno de nosotros, en su propio ámbito, lo sabe y lo vive a diario.

¡Ah, pero eso sí! Todo el tiempo, en todos los medios, nos endilgan promesas. ¿Será necesario repetirlas aquí?

Encuestas tripuladas, declaraciones triunfalistas, anuncios chatarra que ensucian paredes y postes, dinero que pasa delante del que va corriendo a alcanzar la “combi” a tempranísima hora de la mañana y la oscuridad del crepúsculo. Millones de pesos gastados del exiguo presupuesto recaudatorio de Hacienda.

La edad de este escribidor le permite comparar los tiempos y las circunstancias, desde que tuvo el derecho cívico de participar en comicios municipales, estatales y federales – 1958 – hasta la fecha, y aún antes de eso.(Estadio “Olímpico” junto a la Plaza México: “Ruiz Cortines será presidente nomás”, cantaba el Trío Avileño).

Aquel año, cuando Adolfo López Mateos resultó electo, nadie dudó del resultado. La maquinaria política del partido en el poder controló los resultados a la perfección, a pesar de la herencia del conflicto con ferrocarrileros.

ALM fue un presidente que, a pesar de rumores (y gustos comprobados), realizó cambios internos. Hoy podemos juzgarlos: algunos socialistas, otros capitalistas, pero todos dejaron huella. En política exterior, a pesar de su origen socialista, demostró que México es aliado de EUA. Los “del norte”, felices. México, desde su economía, iba muy bien.

Gustavo Díaz Ordaz siguió a López Mateos. Si ha habido en la historia reciente de nuestro país un mandatario más elogiado o vituperado, es GDO.
Lógico: Tlatelolco y las Olimpiadas serán las sombras que persigan a su presidencia por siempre. La maquinita política seguía en plena carrera y la economía, bastante bien.

El escribidor “agarró sus chivas” y se fue a trabajar a Israel durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez. Una vez que regresó a México, vio la catástrofe del gobierno de LEA. Sin comentarios. La única virtud de su partido político fue continuar con su maquinaria muy bien aceitada a pesar de la ya naciente oposición, organizada en la desbandada de algunos de sus miembros prominentes.

Aquí comenzó la debacle económica que duraría más de dieciocho años. Todos la vivimos. Inflación rampante, gasto excesivo, endeudamiento a manos llenas (no las nuestras), demagogia política internacional, ridículos mundialmente famosos. Recuerdo que el escribidor fue invitado por el embajador de México en Israel, el señor Berlín (Z”L) junto con un connotado arquitecto y un extraordinario optometrista, a la recepción que el gobierno israelí dio en honor de LEA y su inefable “compañera” María Esther. LEA declaró:”Nunca he sentido tanta hermandad como hoy con ustedes”. Al día siguiente, en Jordania, denunció a Israel como racista. Otra vez, sin comentarios.

El escribidor regresó a México poco antes de la toma de posesión del señor José López Portillo. Al ver y escuchar su discurso correspondiente, pensó:
‘Hasta que México va a tener un presidente digno’. Nuevamente, sin comentarios. La maquinita oficial seguía funcionando a todo vapor, al grado que la elección de JLP fue la de un solo candidato. Los resultados ya los conocemos todos, con todo y la nacionalización de la Banca.

Luego llegó Miguel de la Madrid Hurtado. Inflación superior al 100%, El GATT y sus condiciones. Otra crisis financiera. La maquinaria política comenzó a fallar, esta vez en serio. MMH no tenía fuerza ni respaldo. Su sexenio fue gris, su sello personal.

La aparición de quien para este escribidor fue el Presidente más agudo, el prestidigitador por excelencia, el tejedor de frases que podían tapar el sol, Carlos Salinas de Gortari, fue un amanecer de esperanza y un ocaso de ilusiones. Hábil componedor de peleas, se rodeó de gente competente en puestos clave cuyas decisiones en Economía se consideran influyentes al día de hoy, mas su habilidad no fue suficiente para evitar la descomposición de la maquinita política y el descontento social, amén de que la oposición adquirió gran fuerza, especialmente a partir del asesinato de quien debería de sucederlo en el poder.

No tuvo más remedio que escoger (así, con ese verbo) al economista del IPN y Yale, Ernesto Zedillo Ponce de León. La Presidencia, según la leyenda popular, le cayó “de rebote” por la eliminación del que tenía oportunidad de llegar a la presidencia con un nuevo sello.
La maquinaria política, con más de setenta años de trabajo, llegó al final de su vida útil. El resto es Historia reciente.

Mis queridos lectores: Permítanme hacerles unas preguntas. De todos estos personajes, ¿Cuál de ellos han tenido que enfrentar el pago de una nómina con su dinerito? ¿Quién ha generado un humilde peso en un negocio productivo? ¿Quién de entre ellos se ha preocupado por la gente que tiene empleada?
Que conste también que puedo incluir a todos aquellos políticos opuestos a los distintos regímenes aquí mencionados.

Entonces: ¿”Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo”?

Nos han llenado de propaganda chatarra “ad náuseam”. Discutimos en la mesa del comedor una sarta de tonterías. Que si soy #132, que si fulanito “no le conviene a los yanquis”, que “no entiendo mi vida sin la Comunidad”, que el copete y la gaviota, pero…¿la cobranza?; el costo de la escuela de los niños, etc.

Sí, sí, vamos a votar, pero…¿por quién? ¿para qué? Pensemos…