Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

ITONGADOL

Csanád Szegedi, un miembro del Parlamento Europeo y líder del partido húngaro Jobbik, dijo que se enteró “no hace mucho tiempo que sus padres tenían origen judío y esa es la gran noticia”.
“Yo no estoy diciendo que no estaba sorprendido por la noticia”, agregó Szegedi, conocido por su retórica antisemita y antirumana.

Asimismo, el legislador admitió que le llevará “bastante tiempo” el “digerir” la noticia.
Szegedi no sólo utilizó en varias ocasiones la retórica antisemita en el pasado sino que también llamó la atención cuando en 2009 asistió a la primera sesión del Parlamento Europeo vestido con un uniforme de la Guardia Húngara, una rama paramilitar de Jobbik, que ha sido prohibida.

“Creo que lo importante no es la raza pura húngara, sino lo que significa ser y comportarse como húngaro. Ser húngaro para mí, es tener a diario una responsabilidad (para con mi país), que nada tiene que ver con una supremacía racial”, sostuvo el legislador europeo.

Otro diputado del Jobbik indicó que fue noticia recientemente después de que él pidió a un laboratorio probar que no tenía genes gitanos o judíos.

Lo cierto es que la noticia sobre los orígenes de Szegedi dio lugar a reacciones divertidas, así como el corte en sitios de redes sociales.

Los miembros de las organizaciones judías, bromearon acerca de las revelaciones, instando a los rabinos a invitar al señor Szegedi a la sinagoga para rezar.

El blog Narancs.Hirado, abiertamente crítico con el régimen del conservador Viktor Orban, consideró que “era imposible que Szegedi no tuviese constancia de que su abuela, Magoldna Klein fuese judía y superviviente del Holocausto”.

CENTRO KEHILÁ

Indudablemente la búsqueda de placeres físicos per se es la más pura manifestación de la fuerza material, o en otras palabras, del alma animal. La persona que vive por los placeres, en general carece de espiritualidad y abunda de egoísmo. Es interesante que todos los placeres de esta especie son efímeros. Creo que esto deriva del hecho que la fuente de los mismos es el mundo material, llamado por la Kabala: “Alma de Shikra”, o sea, “Mundo de la Mentira (Ilusión)”.

Estamos acostumbrados a pensar que el mundo que vemos es realmente verdadero, no obstante tanto en términos científicos como filosóficos, lo contrario es verdadero. De la física moderna aprendemos que todo lo que existe es formado por átomos, que a su turno tienen núcleo y electroesfera. Sabemos que el núcleo, formado de protones y neutrones es muchísimo mayor que los electrones, sin embargo la electroesfera es muchísimo más grande que el núcleo. Los electrones circulan tan rápido en sus órbitas que dan la impresión de que la electroesfera es compacta (al igual que las palas de un ventilador, que al girar nos dan la impresión de formar un disco compacto), pero en realidad cada átomo es, casi en su totalidad, vacío. En otras palabras, todo lo que vemos es, de hecho, una ilusión.

Filosóficamente hablando, existen dos mundos paralelos: el mundo de las ideas, de los conceptos y el mundo concreto. Mientras que una idea o concepto son eternos e indestructibles, el mundo concreto está sujeto a la corrosión y a la erosión. Por ejemplo, el concepto de mesa puede existir en cualquier condición, mientras que la mesa concreta tiene su existencia limitada por innumerables factores. En términos filosóficos el mundo de las ideas es siempre verdadero, en oposición a nuestro mundo que no es más que la concretización temporal de los conceptos eternos. Podemos, concluir que este mundo es el mundo de la ilusión, como dice la Kabala, pues nos da la impresión de que es estable, cuando de hecho la estabilidad es una propiedad del mundo conceptual y no del mundo concreto].

Como el propio mundo no es más que una ilusión, los placeres que emanan de él no pueden tener existencia superior a su fuente. Esto explica la sensación de vacío que uno siente poco tiempo después de experimentar inclusive el más intenso placer material.

Mientras el alma animal recibe su satisfacción, la bajada todavía no es perceptible. La fuerza material ocupa la mente y el deseo, empujándonos a llenar la sensación de vacío con un nuevo y más intenso placer. Sin embargo, este camino no lleva a la felicidad, todo lo contrario, lleva a una constante angustia, pues el vacío es más persistente que nuestra capacidad de llenarlo. En este momento sentimos la bajada. Tristemente, conocemos personas que experimentaron todos los placeres, que tienen de todo y asimismo son infelices.

El judaísmo no se opone a la satisfacción del alma animal, pues esta no es la causa de la bajada. La verdadera causa de la caída es la desconexión del alma divina. Esto es fácilmente constatado si comparamos, por ejemplo, la misma acción de comer en diferentes situaciones. Si comemos puramente por el placer que nos da la comida, este placer es efímero, pero si utilizamos la comida como medio para lograr la unión familiar, el placer de la comida puede durar por muchos años. Lo mismo sucede con todos los tipos de placeres físicos, es decir, si se quedan en el nivel egoísta, son efímeros y traen consigo la sensación de vacío. Por otro lado, si canalizamos los placeres físicos a una causa altruista o espiritual los mismos se intensifican y perduran, pues su fuente deja de ser puramente mundana y pasa a ser también espiritual.

Para el judaísmo, lo material es la materia prima para la elevación espiritual. Por medio de las Mitzvot prácticas, la Torá nos da la formula para vivir una vida placentera y equilibrada, una vida en la cual espiritualidad y placeres físicos se mezclan, se combinan, elevando cuerpo y alma al unísono.

Sé que esto parece utópico, pero quien, aunque por una única vez, vivenció una cena de shabat con canciones y Divrei Tora (comentarios de Tora) al lado de una sabrosa comida sabe perfectamente a que me refiero. Invito a todos a vivirlo en sus casas, como dice David Hamelej “Prueben y vean que D´s es bueno” (Salmo 34). No pido que me crean, pruébenlo ustedes mismos. Adopten en sus vidas la fórmula mágica del judaísmo, y vean por sí mismos cómo el vacío gradualmente desaparece dando espacio y expresión a lo más noble, puro y sagrado que tenemos: la esencia de nuestro propio ser, magnífica, brillante, a imagen y semejanza de D´s.

AGENCIA JUDÍA DE NOTICIAS

El Consejo de Embajadores Árabes, con sede en París, anuló, la semana pasada, un premio literario de 15.000 euros al prestigioso autor argelino Boualem Sansal (foto) porque éste visitó Israel en mayo para participar de un debate con el parlamentario laborista de origen marroquí Daniel ben Simon, en el marco del tercer Festival Internacional de

Escritores, desarrollado en Mishkenot Shaananim, Jerusalem.

Una fuente que pidió no ser identificada confirmó la información y la justificó en el hecho que los diplomáticos “están sujetos a la posición oficial de la Liga Árabe, que considera que está en estado de guerra con Israel”.
Sansal debió haber recibido el premio a la Novela Árabe de Ediciones Gallimard a principios de junio, por su libro Rue Darwin, pero el jurado recién se lo entregó el jueves, aunque sin el dinero.

El autor consideró “completamente inaceptable” que los embajadores hayan interferido en la decisión de su propio jurado y criticó que los Estados árabes sigan pendientes de un “inexistente” conflicto con Israel, encerrados “en una prisión de intolerancia”.

“Debemos acabar con esta actitud dictatorial” porque si bien “hay complicadas relaciones con Israel, no estamos en guerra, y si realmente queremos ayudar a los palestinos, personas como yo deberíamos poder visitar el país libremente”, agregó.

“Entre ser nominado para el premio y recibirlo, Boualem Sansal visitó Israel, Hamás emitió inmediatamente una declaración calificando su presencia de un acto de traición a los palestinos y la reacción del Consejo de Embajadores Árabes fue un resultado directo de eso”, denunció Olivier Poivre d’Arvor, director de la radio France Culture, en su renuncia al jurado, en la cual consideró “una sórdida verdad” el vínculo entre ambos hechos.