LA RAZÓN.ES

18-Julio-2012.-parís- Por fin se conoce algo más sobre la oscura personalidad de Mohamed Merah, el yihadista que en marzo pasado asesinó a siete personas en Toulouse y Montauban, en el sur del país. El diario «Libération» reveló ayer el relato de las cuatro horas que duraron las negociaciones entre el terrorista y un miembro de la DCRI, los Servicios de Inteligencia galos. Entre sus siete víctimas, tres menores y un padre de confesión judía, además de tres militares. «Nunca habría matado a niños (…) si no hubierais matado a nuestros niños», afirma a su interlocutor justificando sus asesinatos como una revancha. «Mato militares en Francia porque en Afganistán matan a mis hermanos. Mato judíos en Francia porque ellos mismos matan inocentes en Palestina», señala admitiendo buscar «un objetivo preciso» en la elección de sus víctimas.

Desde la tragedia, los intentos por explicar cómo un delincuente común deviene en terrorista islámico y, pese a estar fichado, escapa a los servicios de vigilancia, han sido muchos. Su conversión al islam se remonta a 2008, mientras purga una condena de 18 meses de cárcel por robo. «Desde entonces me convertí seriamente a la religión», explica Merah a «Hasan», el agente de la DCRI que hizo de negociador y que ya en noviembre de 2011 le había convocado en varias ocasiones sobre sus viajes a Pakistán y Afganistán. Tras un infructuoso viaje a Argelia en 2010, donde reconoce, era «muy difícil» contactar con Al Qaeda, decide enrolarse en la Legión extranjera gala con la intención de «tornarse contra sus camaradas» una vez infiltrado, pero abandona antes. Comienza entonces una gira por Siria, Líbano, Turquía, Israel, Palestina o Tayikistán. Viajes que financia con atracos.

Asegura que aunque no sabe muy bien lo que debe buscar en esos lugares, «con tantos visados en mi pasaporte podría resultar creíble que soy un turista». Si en noviembre de 2011 consigue por fin un visado para Pakistán como simple turista es porque la Policía afgana tarda un año en informar a sus homólogos galos del arresto de Merah en Kandahar en 2010. En tierras tribales paquistaníes entra en contacto con los talibanes que, según él, le dispensarán una exhaustiva formación. «Me propusieron bombas, pero no quise. Les dije que me entrenaran al tiro con pistola». Tras rechazado atentar en Pakistán, decide regresar «para atacar a Francia».