RABINO MARCELO RITTNER PARA ENLACE JUDÍO

Recuerdo alguna vez leído que Aba Ebban, quien fuera un gran estadista del Estado de Israel, dijo algo así como, (no lo cito textualmente): “Si algún país declarara en las Naciones Unidas que la tierra es plana, y que Israel es culpable de haberlo hecho, moción se aprobaría con 200 votos a favor, 25 en contra y 50 abstenciones…”

Esta tarde fue la apertura en Londres de los Juegos Olímpicos. Si bien esto suele ser motivo de gran celebración y de momentos emotivos, para los judíos es motivo de tristeza. Hace 40 años, en 1972, en los Juegos Olímpicos en Múnich, 11 atletas israelíes fueron asesinados por terroristas palestinos. Cuando se solicitó al Comité Olímpico Internacional un minuto de silencio en la ceremonia de apertura para recordar lo sucedido, el comité no aceptó.

Deborah Lipstadt, una destacada historiadora escribió: “Nunca antes o después hubo atletas que fueran asesinados en los Juegos. Nunca antes o después de los Juegos, éstos fueron fueron utilizados por los terroristas para sus malvados propósitos. Nunca antes o después los que vinieron a participar en una competición deportiva fueron asesinados por quienes eran y de dónde vinieron”. La negativa de la COI para honrar la memoria de los asesinados sugiere que no todo es tan objetivo como quieren hacerlo ver. Este dramático evento como otros a lo largo de nuestra historia están grabados en lo que se ha convertido, por medio de la memoria colectiva, una parte inseparable de nuestra identidad.

Muchos también recordamos cuando luego de lo trágico de ese 5 de setiembre, los juegos continuaron por la tarde. Solo por la presión internacional, al día siguiente se suspendieron las actividades. Y cuando se realizó un evento conmemorativo el y presidente del Comité Olímpico declaró: “Estos juegos deben proseguir”, su mensaje fue respondido con fuertes aplausos por la multitud presente. Si, los juegos prosiguieron, tal vez, como lo describiera un periodista, “con la sensación de estar bailando en Dachau”.

Y desde entonces, hace ya 40 años, los familiares de las víctimas han expresado su deseo que sean recordados justamente en un espacio de los Juegos Olímpicos y no en patéticas excusas. Las autoridades dicen que no pueden hacerlo por que los juegos son apolíticos.

Pregunto: ¿Acaso cuando Samaranch abrió los Juegos de 1966 no habló de la guerra de Bosnia? ¿No se iniciaron los juegos en el 2002 con un minuto de silencio por las víctimas del 11 de setiembre? ¿Eso no es política? En el 2010 se guardó 1 minuto por un atleta que murió durante un entrenamiento “en cumplimiento del deber”. Y en estos juegos en Londres que durarán 17 días, o sea 24480 minutos, el recuerdo a esos atletas no tiene un minuto.

La realidad es que los atletas que fueron asesinados durante los juegos, eran judíos, ciudadanos israelíes y por ello no hay espacio ni tiempo disponible para recordarlos. Yo sé que algunos me dirán que como judíos tenemos la costumbre de detenernos en lo negativo, de destacar el sufrimiento. Pero les digo que es en nuestra memoria colectiva, es en nuestra identidad, donde encontramos la fuerza para transformar derrotas aparentes en victoria eternas.

Hoy comienzan los Juegos. Y hoy es el día previo a Tisha be Av. El día de ayuno que marca la destrucción de los Templos y muchos otros eventos trágicos en nuestra historia. Es un día triste. Este Shabat se le llama Shabat Hazón y recibe este nombre del texto de la Haftará que mañana leeremos. El profeta Isaías ofrece esta visión: “Dejad de hacer el mal, aprended a hacer el bien. Dedíquense a la justicia, ayudar a los agraviados. Defended los derechos de los huérfanos, la causa de la viuda. Ven, vamos a llegar a un entendimiento, dice Ad-nai”. Yo deseo que lleguemos a ese entendimiento para que podamos sanar el mundo, sanar los corazones dolientes y traer esperanza a los desesperanzados. Recuperar la memoria, practicar la justicia y renovar nuestra fe.

Ellos no tienen un minuto, nosotros sí. Ellos no tienen el lugar y el espacio para recordar, nosotros sí. Ellos no saben lo que nosotros ya aprendimos. Ellos prefieren olvidar, nosotros preferimos recordar. Porque es en la memoria donde hemos encontrado la fuerza para transformar derrotas aparentes en victoria eternas. Y por ello, en este Shabat, uniéndonos a la cadena de cientos de miles de hermanas y hermanos en todo el mundo, los invito a una momento de meditación y recuerdo .

Eloheinu ve Elohei Avoteinu. Dios Todopoderoso: Nosotros los hombres, mujeres y niños que nos hemos reunido a celebrar este Shabat, nos unimos en plegaria con todos los seres humanos comprometidos en la construcción de un mundo mejor. Oramos en recuerdo de los 11 atletas Israelíes brutalmente asesinados en un acto de terrorismo, en los juegos Olímpicos de 1972 en Múnich. Fueron asesinados, porque eran Israelíes, porque eran judíos. Y en estos días del calendario judío, cuando recordamos la destrucción de nuestros templos sagrados, Te pedimos Dios que hagas llegar Tu consuelo a las familias enlutadas y les des de Tu Shalom.

Que pueda la memoria de cada uno de ellos una bendición como lo fueron sus vidas. Así como estamos unidos en el dolor, ayúdanos a seguir unidos en la esperanza. Enséñanos Dios Todopoderoso, a traer reconciliación y respeto entre las diferentes creencias religiosas. Así como rezamos por la paz de Israel, rezamos también por la paz del mundo. Que ésta sea Tu voluntad y permítenos decir Amén.

Adón ha-Olamim, zajor et nishmot: David Berger, Yossef Gutfreund, Moshe Weinberg, Eliezer Halfin, Mark Slavin, Yossef Romano, Kehat Shorr, Andre Spitzer, Amitzur Shapira, Yakov Springer, Ze’ev Friedman… She haljú laolamam, ba avur she kulanu mitpalelim be-ad hazkarat nishmatam. Ana Av-ha-Rajamim ve ha Slijot tehí nafsham tzrurot bitzror ha jaim, u tehí menujatam kavod, venomar amen.

Otros no saben lo que nosotros ya aprendimos. Otros prefieren olvidar, nosotros preferimos recordar.

Porque es en la memoria donde hemos encontrado la fuerza para transformar derrotas aparentes en victoria eternas.