LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

La economía mexicana evidencia una etapa de desaceleración en su avance en virtud del debilitamiento de la demanda externa, resultado del complejo entorno que registra la actividad productiva global y porque el mercado interno muestra debilidad por la ausencia de cambios estructurales que pudieran dar aliento a la productividad general y a establecer bases para un crecimiento sostenido en el largo plazo. Asimismo, hay un impacto negativo por el rápido deterioro del ambiente político en la República, ya que no se han completado las reformas iniciadas en esta materia. La estructura del Congreso, con la existencia de legisladores plurinominales, parece ser, entre otros múltiples factores, útil para detener la aprobación de iniciativas fundamentales para el país. Falta voluntad política de todos los partidos, a quienes beneficia mantener el status quo, al igual que a los poderes fácticos.

Por otra parte, la ascendente violencia que se manifiesta en el país está inhibiendo los procesos de inversión, obstaculizando la gestión del gobierno y creando zozobra y desánimo en la población; en especial se ha moderado la captación de inversión extranjera directa, cuyo monto acumulado en el sexenio se estima sumará alrededor de 134,000 millones de dólares, 5.0% inferior al de la administración previa.

En el volátil entorno que experimenta México subyacen riesgos que pueden afectar su futuro desempeño, particularmente en el ámbito de las finanzas públicas, a saber:

– dinámico adelanto de los pasivos del gobierno federal; su deuda externa subió 30.5% en el primer trimestre del año, respecto a ese periodo del 2011, en buena medida por el bajo nivel de tasas de EUA que alentó la contratación foránea. La deuda externa nominada en dólares ascendió a 64.9 mil millones de dólares y la nominada en pesos derivada de la tenencia de valores gubernamentales de residentes en el exterior a 89.5 mil millones de dólares. Sobresale que el monto de esta última ha aumentado casi cinco veces en los últimos tres años, en virtud de los atractivos diferenciales de tasas de interés prevalecientes en México. En este ámbito, no se puede descartar una salida abrupta de recursos al exterior que pudiera incidir en el desempeño de variables económicas claves, en especial del costo del dinero.

– expectativa de que los precios internacionales del petróleo se mantengan en el nivel actual en el próximo lustro, por la debilidad en el avance de la economía mundial, incluso podrían ser inferiores al promedio de 100 dólares por barril del presente. Asimismo, la proyección de Pemex de recuperar un nivel promedio de producción diaria de 3.0 millones de barriles de petróleo en el año 2017, no parecer ser viable, incluso se piensa que solo se extraerían 2 millones de barriles, cantidad menor a los 2.5 millones de hoy día, ello debido a que Pemex carece de suficientes recursos para la exploración y explotación de hidrocarburos por la elevada tasa impositiva a la que está sujeta la paraestatal y, porque como se consignó previamente, se prevé que declinen los precios internacionales del crudo en el futuro.

– posibilidad de que se presente una situación de insolvencia en el sistema nacional de pensiones. Se estima que la deuda por pensiones ya rebasa el 10.0% del PIB; los montos destinados al pago de este rubro, aproximadamente 430,000 millones de pesos este año, son insostenibles, están presionando seriamente a las finanzas públicas; el gobierno se ha visto precisado a reorientar su gasto para poder cubrir los pasivos de pensiones en detrimento de renglones básicos como el educativo y el de seguridad, entre otros.

– el cambio climático que se registra en el planeta ya ha creado episodios de crisis alimentaria en el mundo, como el del 2008 que provocó una considerable alza de precios de las materias primas alimenticias y de los alimentos. La actual caída de la producción de granos en EUA, derivada de la peor sequia que vive esa nación en los últimos 25 años, ha reactivado el aumento de sus precios, sobretodo los del maíz, aunque también influyen fenómenos especulativos en la comercialización y la utilización de granos para elaborar biocombustible. El incremento del precio del maíz en EUA tiene una significativa repercusión en el nivel de cotizaciones de México, ya que la mitad del consumo de granos proviene de ese país. Empero, a la vez, México registró en el 2009 la peor sequía en 70 años y que se ha extendido este año.

Expertos del Instituto de Ecología consideran que México no está preparado para una sequía prolongada porque carece de una estrategia para superar la falta de agua; hay que destacar que la sequía en México no tiene como único origen el calentamiento global, también se debe “a las malas prácticas de gestión del suelo”.

Los riesgos que enfrenta el país son evidentes y difíciles de superar, la nueva administración pública tendrá que instrumentar medidas precisas y eficientes para atenuarlos; el costo de no hacerlo sería una nueva crisis y México no puede vivir permanentemente en crisis. El descontento social se puede generalizar.