Enlace Judío – El índice de precios al productor para la demanda final de EUA creció 8.5% en septiembre, el menor del año (su pico fue de 11.7% en marzo).

En términos mensuales, aumentó 0.4%, rompiendo una racha de dos meses consecutivos de caídas (julio, -0.4%, agosto, -0.2%) por componentes la demanda de bienes como la de servicios tuvieron un aumento 0.4%, mientras que los precios en los alimentos y energía aumentaron 1.2% y 0.6%, respectivamente. Buenos resultados, aunque ciertos riesgos al alza prevalecen, predominantemente ante las disrupciones en las cadenas de suministros que podían exacerbarse si Europa enfrenta un duro invierno.

– Prevalecen las expectativas de mayores alzas por la Reserva Federal de EUA. De acuerdo con la última minuta publicada por el Comité Federal de Mercado abierto, destaca la postura mayoritaria de los miembros del mismo de mantener un ritmo restrictivo durante el tiempo que sea necesario, aunque ello implique una desaceleración económica. Asimismo, se señala que “muchos participantes enfatizaron que el costo de realizar pocos movimientos para bajar la inflación es mayor que el costo de realizar demasiados movimientos”. 

– La economía mundial se está debilitando cada vez más enfrentándose a un entorno históricamente frágil, “la perspectiva sigue estando determinada por tres fuerzas principales: inflación persistente y creciente, que provoca una crisis del costo de la vida; la invasión rusa de Ucrania y la crisis energética asociado, y la desaceleración de la economía China”.

Para el 2022, la proyección para el crecimiento del PIB mundial se mantiene sin cambios en 3.2%, como lo estimó el Fondo Monetario Internacional (FMI) es la actualización de julio pasado. Sin embargo, prevé que el avance global desacelere a 2.7% en 2023, lo cual es 0.2 puntos menor respecto a la estimación de tres meses antes.

“La desaceleración es de base amplia”, pues “más de un tercio de la economía mundial se contraerá en 2023, mientras que las tres economías más grandes del mundo, EUA, la zona euro y China seguirán estancadas”.

Por primera vez, el FMI calculó los riesgos del entorno a sus estimaciones y concluyó que existe una probabilidad de 25.0% de que el crecimiento global caiga por debajo de 2.0% en 2023, lo que sucedió muy raramente en el pasado.

Adicionalmente hay una probabilidad de 10 a 15% de que caiga por debajo de 1.0%, lo que, de darse, se traducirá en una disminución del PIB per cápita.

Ante este panorama pesimista, el pronóstico de un crecimiento para EUA en 2022 se recorta a 1.6% desde 2.3% previsto en julio, pero se mantuvo en 1.0% para 2023.

La previsión del FMI para México en 2022 se ajustó a 2.1%, desde 2.4% en su proyección de hace tres meses y se mantuvo en 1.2% para 2023.

El FMI estima un bajo crecimiento en 2024, de 1.8%, mientras que para los tres años posteriores –de 2025 a 2027- lo anticipa en 2.1%.

Si se cumplen las proyecciones del FMI para el periodo 2022-2024 México tendría un avance promedio anual en el sexenio de AMLO de solo 0.3%, el más bajo en una generación.


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