Entrevista de mayo de 2012

ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

“La emoción es algo que captamos, que entra a nuestro cuerpo y que nos hace sentir: enojo, tristeza, miedo. Ésta dura alrededor de minuto y medio. La emoción y el sentimiento, aunque se emplean indistintamente, son distintos y una puede ocurrir un antes que la otra, dura muy poco y lo demás es el sentimiento. Pero es de gran importancia permitir que estas salgan”, comentó la terapeuta Frida Ezban, quien ostenta el grado de maestría en Terapia.

Al ahondar en el tema apuntó: “La interpretación de la emoción puede ser variada e incluso contradictoria, se pueden sentir varias cosas a la vez. Tú sientes- lo sientes y está correcto; nadie te puede decir que es incorrecto lo que estás experimentando”.

La terapeuta señaló que es muy importante el hecho de dejar salir las emociones, no dejar que se queden dentro, hay que darles un nombre ya que al hacer esto: “nos tranquilizamos y conectamos hemisferios. Si no permitimos su salida, entonces las estamos reprimiendo y, generalmente van a salir en algún momento; las vamos a actuar o nos vamos a enfermar; o vamos a sacarlas de una manera violenta. Hablamos de miedo, tristeza o ira, cosas que nos asustan mucho y que la cultura reprime severamente”.

Ezban señaló que existen cuatro formas mediante las cuales hemos sido educados en torno a las emociones: éstas dan la pauta con la que se educa posteriormente a los hijos y con las que nos relacionamos con nuestras parejas. La primera de ella consiste en ignorarlas, el sabido “¡Aay!, no pasa nada”. La segunda, en castigarlas: el objetivo siempre es proteger a las personas. La tercera es dejar ser, que fluya la emoción, lo que se debe limitar es la conducta. En este punto, Frida Ezban comentó que cuando alguien desborda tristeza o de enojo, sin controlar su conducta, su aceptación en el medio social será difícil.

“Por ello, reviste una especial importancia el poner límites”, acotó.