EUROPA PRESS

Estados Unidos y sus aliados están debatiendo la respuesta a adoptar en caso de que caiga el Gobierno de Bashar el Asad y las fuerzas de seguridad del país se desintegraran, dejando al descubierto las armas químicas y biológicas que posee Damasco, según han informado fuentes oficiales y diplomáticas estadounidenses.

En el peor escenario posible, se estaría considerando el despliegue de entre 50.000 y 60.000 tropas para asegurar los arsenales. La hipótesis de la que se parte en las conversaciones es que, en caso de que las fuerzas de seguridad se desintegraran, dichos arsenales serían sometidos a pillajes y saqueos.

Asimismo, tiene en cuenta que dichos lugares no podrían ser destruidos a través de bombardeos aéreos a causa de los riesgos que implicaría para la salud y el medioambiente.

Estas fuentes han dicho que Estados Unidos sigue sin tener entre sus planes el despliegue de tropas en Siria y que el Pentágono ha rechazado la posibilidad de implementar una zona de exclusión aérea en las próximas fechas, según ha informado el diario israelí ‘Haaretz’.

“No hay un plan inminente para desplegar tropas de tierra. Este es, de hecho, un escenario mucho peor”, ha agregado una fuente oficial, al tiempo que ha apuntado que las tropas estadounidenses jugarían probablemente un papel en la misión que se está planteando en dicho supuesto.

Además, dos fuentes diplomáticas estadounidenses han asegurado que una fuerza de 60.000 soldados no sería suficiente para una misión de paz y que sería únicamente el número de tropas necesarias para asegurar los arsenales. Por ello, han añadido que sería necesario el despliegue de tropas de apoyo.

Por último, han manifestado que varios países europeos ya han dicho que no se unirían a este tipo de acción en caso de que se diera el supuesto. Por su parte, ni la Casa Blanca ni el Pentágono se han pronunciado sobre estas informaciones, aunque el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor, ha señalado que Estados Unidos cree que las armas químicas están bajo control del Gobierno.

Sin embargo, ha matizado que “debido a la escalada de violencia en Siria y el aumento de los ataques del régimen contra la población, existe preocupación en torno a estas armas”. “Además de monitorizar los arsenales, estamos consultando con los vecinos de Siria –y con nuestros amigos en la comunidad internacional– para subrayar nuestra preocupación común acerca de la seguridad de estas armas y la obligación del Gobierno sirio de garantizar su seguridad”, ha remachado.