INTERECONOMÍA.COM

El mismo día en que el ayatolá Ali Jamenei grita que quiere un mundo sin armas nucleares, la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas constata que su régimen ha incrementado su capacidad de enriquecer uranio en un 50%. Decir y hacer. Dos cosas diferentes.

El informe de la agencia de la ONU verá la luz hoy, posiblemente, pero ya ayer Reuters filtró su conclusión esencial: desde mayo, fecha del último dossier, se ha registrado la activación de 328 nuevas centrifugadoras en la central de Fordow, protegidas en la base de una montaña, inaccesibles a los misiles actuales. En esta instalación se ha hecho obra para albergar hasta 3.000 centrifugadoras; ya cuenta con 2.140, cuando hace tres meses eran 1.064. Están ya activas 695.

En el complejo militar de Parchin, los satélites muestran la limpieza de la zona como si se eliminasen restos de posibles explosiones.

“Imperdonable”

Irán insiste en que su programa nuclear busca avances médicos y energéticos, pero en Fordow se enriquece uranio por encima del 20%, cuando con menos de un 4% funciona una central nuclear. Todo camina, apuntan los expertos, a la búsqueda de una bomba atómica, que requiere un 90% de refinado. “Hay razones para estar preocupados”, resume el profesor Mark Fitzpatrick, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

El embajador iraní ante el OIEA, Ali Asghar Soltanieh, insiste en que no “abandonarán” su “derecho” a enriquecer uranio, reconocido en el Tratado de No Proliferación firmado por su país. Ese acuerdo obliga también a inspecciones en sus instalaciones, a las que Irán se niega. Es otra de las conclusiones del informe: la necesidad “imperiosa” de lograr acceso.

La filtración fue un baño de realismo tras el discurso del líder supremo iraní. Jamenei, en la apertura de la Cumbre de Países No Alineados, cuajó un lema: “Energía nuclear para todos, armas nucleares para nadie”.
Jamenei calificó de “pecado imperdonable” la fabricación y uso de este armamento y prometió que Irán “nunca buscará” su desarrollo. Sí indagará para un “legítimo” uso civil. Reclamó un nuevo orden mundial, ajeno EE UU o Israel, que “mienten” sobre los intereses de su programa nuclear y sí están “dispuestos” a emplear armas atómicas.

Horas antes, en la bienvenida al presidente egipcio Mohamed Morsi en el aeropuerto, habló de los “feroces lobos sionistas” que atacan a los palestinos.

Réplicas al odio

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, presente en la cumbre junto a representantes de 120 naciones –pese a la oposición de Israel-, aprovechó su turno para replicar al odio de Jamenei. No hizo falta que citara a Irán. El mensaje estaba claro. “Hay que rechazar firmemente las amenazas de cualquier estado de la ONU contra otro o los indignantes intentos de negar hechos históricos como el Holocausto”, censuró. “Decir que un Estado no tiene derecho a existir o describirlo en términos racistas no sólo está mal, sino que amenaza los principios [de la ONU] que todos nos hemos comprometido a defender”, agregó. Añadió un ruego: que Irán se abra al fin a las inspecciones y con su cooperación “muestre al mundo” que sólo tiene intereses pacíficos.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió ayer un discurso duro sobre la amenaza iraní en su intervención, el mes próximo, en la Asamblea General de la ONU.