ENRIQUE RIVERA PARA ENLACE JUDÍO

Nota del autor: Este artículo hace eco de la confusión que experimenté en el “Festival de Música y Danza judía”, organizado en la Cd. de México por el Ministerio Internacional La Voz Judía, cuya cabeza visible es Jonathan Bernis. Mi confusión proviene de la ambigüedad entre judaísmo y cristianismo, en un evento musical que se convirtió en un acto religioso y proselitista. El evento al que se convocó en el Auditorio Nacional uso como gancho la Música y la Danza Judía, ocultando el verdadero propósito que fue “demostrar” que los judíos que esperan al Mesías estamos errados.En pocas palabras, una experiencia judía y donde faltaba el elemento judío.
Casi las siete de la noche, salgo del metro Auditorio y ya, entre los puestos de comida, dulces, pilas y todo lo que ahí se ofrece veo a jóvenes con una playera azul, repartiendo invitaciones para el evento “Festival de música Judía”. Me acerco a ellos, comienzo a entrevistarlos y uno de ellos me sorprende, me dice que México tiene mucho que agradecer al Pueblo Judío y le pregunto por qué. Él me responde que ha cambiado mucho su vida desde que Yeshua entró a su vida, lo presiono para que de un ejemplo. “Yo era un ladrón de mi familia, y yo decía ellos me tienen que aguantar, porque son mi familia. Y cuando dejé entrar a Yeshua –mejor conocido como Jesús-, comprendí que yo estaba mal”.

Aquí entiendo la confusión entre judaísmo y cristianismo que este tipo de eventos provoca.

Otra persona me da su perdón, pues al saber que vengo de enlacejudio.wpengine.com, dice: “Bueno, aunque ustedes han escrito en contra de nosotros, los queremos, porque tenemos el mismo D-os, el de Abraham, Isaac y Jacob”.

Ya en la escalinata hacia la entrada del Auditorio, más confusión: religiosos, no sé de que denominación, pero religiosos, con kipa y tzitzit (en singular, porque, de a dos por lado, hicieron uno). Y (tache para mí), ya no sé con quien estoy hablando. Es cuando retumba en mi cabeza un firme “condenada May, a qué me mandó”, pero sé que soy un profesional del periodismo y me repongo.

Ya adentro, pasan los minutos y por fin comienza el evento. De pronto, un despliegue de luz, de color, acompañado de música. Arriba en el escenario, una estructura que recuerda el Kotel y atrás una pantalla donde escenas de Eretz Israel, pinturas y dibujos se proyectarán a lo largo de este Festival.

Pero, el aplauso casi “a rabiata” de la vecina de mi lado derecho; siento un principio de otitis.

Los cuadros presentados no son malos, pero, de pronto me siento ofendido, me doy cuenta que, de forma muy velada, este evento es dirigido a los judíos. Toman se toman elementos artísticos desarrollados por Israel: Hava Nagila, Yerushalaim shel Zaav, y en ese momento comienza la Música del Violinista en el Tejado…

Pero, el aplauso casi “a rabiata” de la vecina de mi lado derecho me hace recordar a mi jefita y con un cariñoso “condenada May”, siento un principio de otitis.

Por fin comienza el verdadero Show. Yo entendí que era un Festival de Música y Danza Judía y ahora se convierte en acto que raya en el misionerismo. Cuando yo estaba seguro que el final era inminente se presenta el Sr Bernis, con la traductora y comienza a explicar su transformación, acaecida hace 32 años. Cuando, luego de una serie de sucesos, vuelve a las Escrituras y descubre no sé si la verdad, su verdad o simplemente algo que cree que eso es. Para él todo apunta en el Antiguo Testamento a la llegada y encumbramiento de Jesús como el Mesías. Y suelta algunas generalizaciones muy vagas, por cierto: “Mis hermanos judíos no leen, no conocen las escrituras”, lo cual me parece una acusación infundada.

Pero, en su libro, ¿Quién es Jesús de Nazaret?, en la página 196, al hablar del Miedo al Rechazo afirma: (…) “ A lo largo de mis treinta año de ministerio, muchos judíos me han comentado que no pueden aceptar a Yeshua porque hacerlo sería negar su herencia, o causaría daño a sus padres”.

En fin, el tiempo pasó y de pronto parte del equipo de 150 personas del Ministerio antes mencionado y que lo acompañaron en este viaje, invitan a que bajen para bailar, “Yaa Ani”, hora o algo que se le parezca. Pero, se aprovecha para quien viene por primera vez pida más información y si alguien requiere y quiere (y muchos lo quieren) hay como guías espirituales, orientadores, que tomando al solicitante de las manos, de los hombres o poniendo sus dedos en el pecho les dan su bendición.

Rebeca, una mujer joven de Canadá, con unos ojos azul mosaico, me había comentado que este evento se había planeado desde hace mucho tiempo y que trabajaron muy duro para su realización. Mi inglés mostró sus limitantes cuando creí entender que ésta era una ciudad muy importante para alguien, pensé que para el Sr. Jonathan Bernis … Pero no, ella me decía que el propio Jesús (o Yeshua) “era a quien le interesa y tiene mucho amor por los habitantes de México y quiere tener una relación personal con ellos”.

Una señora, la de mi lado izquierdo, me explicaba que “Jesús murió por todos nosotros, por nuestros pecados, hasta por lo judíos, entonces, por ese hecho, los judíos deben aceptarlo ya … total”.

Ya para esas alturas del partido, yo estoy que me quiero ir. Parto del lugar, que se convirtió en una especie de Templo enorme y afuera pequeños grupos hablan, predican sobre el Eterno. Yo sólo alcanzo a pensar que el mensaje de Israel, a pesar de llegar tan tergiversado a muchas personas por parte de los mesiánicos u otros grupos, ayuda a muchas personas a conocer algunos aspectos del judaísmo y a encontrar “Shalom”.

Pienso en la labor que se hace aquí en México, a través de entes como el Coro Rinah, como el Proyecto Tam, Proyecto KKL-Alameda y otras instancias, es muy importante en cuando a la presencia de Israel y de las instituciones judías.

Ya rumbo a casa, deploro que nuestros intelectuales no se den una vuelta por estos eventos, para darnos un análisis mucho más preciso.

Quisimos añadir a este artículo un comentario destacado de Adolfo García de la Sierra, lector de Enlace Judío

Queridos amigos:

Tienen razón (hasta cierto punto) en molestarse. Es obvio que tal festival es una forma misionera cristiana que trata de alcanzar a los judíos, lo cual en sí no está mal. Lo que no es apropiado es hacer publicidad que resulte engañosa o induzca a confusión. Tampoco es apropiado (ni para el cristianismo ni para el judaísmo) introducir ropajes o formas litúrgicas en celebraciones y/o cultos cristianos que sólo tienen sentido en el contexto de la religión judía.

Por lo demás, el cristianismo evangélico y protestante se hace cada vez más consciente de sus profundas raíces hebreas. El auténtico cristianismo es un rama derivada del judaísmo y es imposible entenderlo sin el Tenaj. Hay un esfuerzo consciente en algunos cristianos por alejarse del modo de pensar griego y por entender mejor la cosmovisión hebrea. Es inevitable que esto despierte interés y entusiasmo por la cultura judía.

Pero también amor y simpatía hacia los judíos. La “cristiandad” occidental lleva una mancha de vergüenza por su actitud hacia el pueblo judío a lo largo de los siglos, por la complicidad que le toca en la persecución que éste ha sufrido. Los protestantes reformacionales (neocalvinistas) nos deslindamos del antisemitismo y deseamos que cristianos y judíos aprendamos a respetarnos más, a vernos como herederos de una raíz común. Esto debe llevar a vernos como partes de una misma placa tectónica política y cultural, y a ver a Israel como parte esencial de nuestra civilización.

Reciban mi afecto, admiración y un respetuoso saludo. Shalom.