AGENCIA JUDÍA DE NOTICIAS

8 de septiembre 2012.-El gobierno de Canadá suspendió las relaciones diplomáticas con Irán y ordenó la expulsión de los diplomáticos iraníes de Ottawa, según anunció hoy viernes el canciller canadiense John Baird.

Según un informe de la cadena CBC, el gobierno del primer ministro Stephen Harper dispuso el cierre de su embajada en Teherán y emplazó a todos los diplomáticos iraníes en Canadá a que abandonen el país dentro de cinco días.

“Canadá ha cerrado su embajada en Irán, con efecto inmediato, y declaró personas no gratas a todos los diplomáticos iraníes en el resto de Canadá”, transmitió Baird en un comunicado.

Según consignó el portal de noticias Ynet, el ministro remarcó que “la posición de Canadá sobre el régimen de Irán es bien conocida”. “Canadá considera al Gobierno de Irán como la mayor amenaza a la paz y la seguridad en el mundo de hoy”, añadió.

En su declaración Baird también citó la negativa de Irán a cumplir con las resoluciones de la ONU sobre su programa nuclear y sus amenazas contra Israel como la razón de la medida. A esto se agrega el apoyo de Teherán al presidente sirio, Bashar Assad, quien lleva adelante una brutal represión contra los movimientos pro-democrático en Siria.

La declaración también hace referencia a que Irán mostró un “flagrante desprecio de la Convención de Viena, que garantiza la protección del personal diplomático”.

El primer ministro Benjamin Netanyahu dio la bienvenida a la decisión del gobierno canadiense. “Quiero felicitar al primer ministro canadiense por dar un paso tan audaz y enviar un mensaje claro a Irán y al mundo”, dijo un comunicado emitido por la Oficina del Primer Ministro.

“Este paso debe servir como ejemplo de responsabilidad internacional y moral de la comunidad internacional. Es importante que el resto de la comunidad internacional se una a este tipo de presión para el establecimiento de claras líneas rojas para Irán”, dijo Netanyahu.

Gran Bretaña había sido el último país en expulsar a todos los diplomáticos iraníes de su territorio.

La medida fue ordenada a finales de noviembre, luego del ataque a la embajada británica en Teherán.