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Joe Biden ha hecho esta noche en Kentucky lo que tenía que hacer. Calmar a las bases demócratas y recuperar la moral perdida tras el mal paso dado por el jefe en Denver. Con un comienzo desigual en el que ha parecido que se podría estar viendo el iceberg que hundió al Titanic sin encontrar la manera de cambiar el rumbo, Biden ha retomado las riendas y ha manejado con maestría el cara a cara, complicado por la diversidad de temas que se han tocado y las expectativas generadas.

Biden estuvo a la altura. No solo salvó la cara sino que dominó la noche. Pero lo anterior no significa que Paul Ryan se quedara atrás. El joven congresista mantuvo un ajustado pulso de interrupciones dialécticas durante los 90 minutos que duró el debate que se abría con Libia y se cerraba –al margen de los argumentos finales- con la opinión de cada candidato sobre si la campaña electoral estaba siendo sucia y negativa.

Desde Irán a la seguridad en Libia antes del ataque del 11 de septiembre –donde Biden estuvo flojo- o Afganistán, la economía –sin que Ryan aportara propuestas concretas sobre impuestos-, la sanidad e incluso el aborto, los temas de la noche mantuvieron a ambos candidatos intentando arrebatarse la palabra para exponer sus ideas.

“Nada de lo que ha dicho es correcto”, ha espetado Biden a poco de comenzar el cara a cara y ha alegado en defensa de la Casa Blanca que estos días se encuentra bajo ataque que fue precisamente la Cámara de Representantes -dominada por los republicanos- la que recortó el presupuesto para seguridad de las Embajadas. Biden ha defendido que nunca recibieron ninguna petición por parte de la Embajada en Libia de que necesitaran mayor protección.

Biden glosó los enormes esfuerzos de la Administración de Obama por estabilizar la economía tras heredar un país en la peor crisis desde el año 1929 y criticó a Mitt Romney por sus comentarios en el vídeo del 47% y su falta de consideración hacia la clase media. “¿Qué hizo Romney? Dijo que se dejara a Detroit hundirse en la bancarrota”, ha explicado Biden.

En ese punto, Ryan ha reconocido que la Administración Obama heredó una situación complicada, pero que desde que asumió la presidencia “el país está en caída libre”. Esa afirmación fue una de las muchas que provocó la risa de Biden, quizá su peor gesto de toda la noche. “Mitt Romney se preocupa por el 100% de los ciudadanos”, ha defendido Ryan en contraposición al 47%.

Ryan se negó en varias ocasiones a detallar cómo va a pagar cuatro años de gestión con todos los recortes de impuestos que quiere imponer

“Ha llegado la hora de que se hagan responsables” y dejen de prometer que evitarán subir los impuestos, ha dicho Biden sobre Romney, Ryan y los republicanos. La contestación de Ryan fue exponer cifras: 23 millones de personas a la búsqueda de trabajo y un 15% del país viviendo en la pobreza. “Esto no es recuperación”, ha dicho el congresista de Wisconsin. Ryan ha dicho que EEUU se enfrenta “a una decisión crítica, qué país vamos a dejar a nuestros hijos” “Ofrecemos reformas de verdad. Romney está especialmente cualificado para este trabajo”.

Biden ha aprovechado para alertar del peligro que supone Romney para la clase media de llegar a la Casa Blanca. “Esta crisis no llegó sola”, ha dicho el exsenador demócrata. “Llegó porque este señor de aquí al lado votó por dos guerras y una rebaja de impuestos”.

“A diferencia de esta Administración, nosotros queremos verdaderos acuerdos con la oposición”, ha dicho Ryan. Biden se ha reído –una vez más y han sido demasiadas- al recordar los dos últimos años en los que el Partido Republicano ha impedido el avance de ninguna propuesta del presidente en la Cámara de Representantes.

A pesar de tener más conocimiento sobre política internacional, Biden se ha visto al principio puesto contra las cuerdas porque Ryan comenzó más a la ofensiva. Mientras que el vicepresidente demócrata ha asegurado que la Casa Blanca ha logrado a lo largo de estos últimos cuatro años que Irán sea un país más aislado del mundo, Ryan ha asegurado que la Administración de Obama carece de “credibilidad” y que el régimen de los ayatolás ha aumentado su capacidad para producir armas nucleares desde que Obama ocupa la Casa Blanca. “Irán tenía material para una bomba nuclear, ahora tiene para cinco”, ha dicho Ryan a Biden, que lleva buena parte del cara a cara esbozando sonrisas a los comentarios de Ryan.

Siria estuvo en la agenda también. Biden ha explicado que EE UU no ha adoptado la misma estrategia en el caso sirio que con Libia porque la situación y los países son completamente diferentes. “Es una región muy conflictiva”, ha dicho el vicepresidente que ha preguntado a su contrincante si deseaba una nueva guerra. “Lo último que necesitamos es más soldados en el terreno”, se ha contestado a sí mismo Biden.

Ambos candidatos fueron cuestionados por la moderadora de la cadena ABC Martha Raddatz por su posición frente al aborto teniendo en cuenta que ambos eran católicos. Ryan se definió como provida y Biden también aunque matizó que a pesar de que él sigue la doctrina de su iglesia respecto a la interrupción del embarazo no era quién para imponer a ninguna mujer qué hacer con su salud reproductiva –conquistando quizá el voto de las mujeres independientes-.

“Los hechos hablan por mí”, ha finalizado Biden al ser preguntado cual es la cualidad humana que aportaría de revalidar su puesto el 6 de noviembre. “Yo siempre he hecho todo lo que he dicho. Toda mi vida ha versado en torno a ayudar a la clase media”, ha asegurado Biden. “Probablemente se hayan dado cuenta de mi frustración por no poder haber podido hacer todo lo posible, pero el presidente y yo vamos a seguir luchando por ayudar a esa clase media”.

Ryan no ha contestado concretamente a la pregunta. El candidato republicano ha hablado de honestidad y ha aprovechado para referirse a Obama al afirmar que lo que EEUU necesita es un presidente que haga lo que promete.