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Tal día como hoy, 15 de octubre, pero de 2009, Libertad Digital contaba en su portada que “Zapatero dice en Israel que “antisemitismo era la dictadura de Franco””. Lo dijo en una entrevista publicada en el diario israelí Maariv. En ella habló del último informe de la Liga Antidifamación, una organización americana fundada para denunciar y perseguir la difamación contra los judíos. En él se señala que el antisemitismo es una tendencia cada vez más fuertemente arraigada en España. Y da tres ejemplos: las manifestaciones por la guerra en Gaza en las que los judíos fueron comparados con los nazis; las viñetas y artículos antisemitas en los periódicos; y las encuestas que reflejan opiniones mayoritarias como que “los judíos tienen demasiado poder en los negocios”.

Al ser preguntado por ese informe, el presidente lo negó: “No hay antisemitismo en España, no todo comentario, publicación o fotografía debe ser considerada antisemita. No hay actos antisemitas en España”. Terminó diciendo que “antisemitismo era la dictadura de Franco”. En dicha entrevista, el jefe del Ejecutivo dijo que España es amigo de Israel aunque apuntó que, cuando su Gobierno critica al de Israel, lo hace “como amigos”.

Pero Zapatero no siempre ha sido tan amigo de Israel. En julio de 2006, al finalizar un mitin con motivo del Festival Internacional de las Juventudes Socialistas celebrado en Alicante, uno de los simpatizantes quiso hacerse una foto con el presidente y le colocó el pañuelo palestino o kefia. A pesar de que desde el PSOE trataron de disculpar a Zapatero diciendo que no se sentía cómodo con la situación, lo cierto es que en la instantánea no se le apreciaba ninguna expresión de incomodidad. Al contrario, sonreía ostensiblemente.

El jefe del Ejecutivo siempre ha mostrado mayor cercanía a la causa palestina que a la israelí. Tanto es así que, por ejemplo, en 2009 dio unos 300.000 euros para una organización que promovía la desobediencia civil en territorio palestino. Además, Zapatero siempre ha hablado de la “causa justa” del pueblo palestino y ha respaldado a la Autoridad Nacional Palestina para que llegara a un acuerdo con Israel de tal forma que se cumpliera con la “justicia histórica” que se debe a Palestina.

El doble rasero con el que medía Zapatero a Palestina e Israel quedó patente en enero del año 2009. El presidente del Gobierno calificó de “reacciones absolutamente desproporcionadas y contrarias al derecho internacional humanitario” por parte del Ejecutivo israelí a los ataques con cohetes por parte de los terroristas de Hamas que se limitó a calificar de “conductas irresponsables y provocadoras de ruptura de la tregua”.

Las palabras de Zapatero para condenar el Holocausto han gozado de poca consistencia. Así lo hizo en su visita a Yad Vashem, museo de Holocausto de Jerusalén, donde sólo fue capaz de escribir “seis millones, seis millones. Barbarie, dolor, memoria. Paz. Paz. Con mi afecto al pueblo judío y mi amistad para Israel”. Cuatro años antes, durante la conmemoración del 60 aniversario del la liberación del campo de concentración de Mauthausen pronunció otra frase vacía de contenido: “Nunca más, nunca más, nunca más, la opción totalitaria, el horror, el crimen por el crimen. Nunca más la guerra de la locura, el fascismo, en nazismo”.