FERNANDO DWORAK

Salvo que algo extraño ocurra, la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados nombrará en los próximos días a los integrantes de las nuevas comisiones.

Semejante noticia genera expectativas sobre qué esperar en cuanto a la aprobación de las reformas que tanto necesita el país.

Sin embargo, y a reserva de hacer en breve un análisis de los nuevos equilibrios, conviene hacer unas cuantas advertencias para aquellos que esperan demasiado de nuestros legisladores.

PRIMERA ADVERTENCIA: ES UN SISTEMA DISEÑADO PARA SER INEFICIENTE

Como se observó la semana pasada con el informe de la Unión Interparlamentaria, la Cámara de Diputados tiene 55 comisiones cuando en un país con un órgano legislativo tan especializado como el de Estados Unidos tiene sólo 21. ¿Qué significa esto?

El criterio comúnmente aceptado para designar el número de comisiones es que existan tantas como secretarías del Poder Ejecutivo, pues eso permite una vigilancia acorde con la función pública.

Si son menos, se pierde la capacidad para un seguimiento eficiente. Y tener más implica dos problemas: se traslapan funciones y se generan costos de oportunidad para los legisladores a costa de otras actividades.

Comisiones en el Congreso de la Unión (1994-2015)

LVI LVII LVIII LIX LX LXI LXII

94-97 97-2000 2000-203 2003-2006 2006-2009 2009-2012 2012-2015
Diputados 39 23 36 38 40 44 51
Senado 42 29 30 30 56 56 56

Como se observa en la tabla, el número de comisiones tiende a crecer con cada legislatura.

Si bien en 1999 hubo un esfuerzo por racionalizar sus facultades, quedando en 23, hoy se tiene más del doble. ¿Por qué? Porque al no haber continuidad en las carreras parlamentarias, la especialización no importa.

Además, ninguna persona (incluyendo a los legisladores) tiene por qué respetar un acuerdo que no pactó. Por lo tanto la lógica para crear comisiones es el acomodo coyuntural de las fuerzas políticas.

Por otra parte, nuestro país es de los pocos donde las presidencias de las comisiones legislativas se designan según la presencia de los grupos parlamentarios.

Es decir, en casi todo el mundo se entiende que estos cargos deben ser para el partido mayoritario, toda vez que hay un acuerdo de que la ciudadanía votó por esa opción y que espera que pueda impulsar su agenda.

En México, el actual criterio de proporcionalidad se comenzó a aplicar a principios de los noventa. La razón: si el PRI tenía la mayoría del Congreso, los tricolores pensaron que sería una señal de apertura y magnanimidad darles algunas comisiones a las oposiciones, lo cual implicaba además prestaciones y “staff”.

El problema surgió en 1997, cuando dejó de haber mayoría y esta reforma implicó darle a partidos minoritarios un punto de veto a través de estos cargos.

Para ponerlo de manera clara, si una iniciativa es turnada a más de una comisión y éstas son presididas por varios partidos, se puede entender que la decisión es “congelarla”.

SEGUNDA ADVERTENCIA: TODO EMPEZARÁ DESDE CERO

Por más que se incluyan en las comisiones a las personas más calificadas, más de las tres cuartas partes de sus integrantes son novatos.

Como ya se dijo en este espacio, algunos vendrán de congresos locales, lo cual implica que los temas les serán nuevos; otros no tendrán experiencia previa; unos más no habrán sido legisladores en los últimos tres o seis años.

Todavía más, es muy probable que los materiales que generó la comisión durante la Legislatura anterior se hayan perdido, ya sea porque el presidente anterior se los llevó a su casa o porque, si algo se dejó, fue “perdido” en la mudanza.

Salvo en las comisiones más relevantes para los partidos, quien tenga interés en que un tema salga adelante en comisiones debe considerar una curva de aprendizaje de entre ocho meses y un año.

TERCERA ADVERTENCIA: EL PROBLEMA NO RADICA EN LOS LEGISLADORES COMO INDIVIDUOS

¿Es indignante lo arriba planteado?

Quizás, pero es el resultado de las reglas del juego. En todo caso es culpa de cada uno de nosotros no tener claro esto y saber qué exigir.

Mientras tanto, una intervención que aspire a ser exitosa debe tomar en cuenta que los legisladores en lo individual pueden hacer muy poco, independientemente de sus buenos deseos.

Seguiremos informando sobre el tema cuando las comisiones hayan sido integradas.