EL PAIS/

El país árabe habría instalado ya, según estas informaciones, la última de las 3.000 centrifugadoras que componen esa planta, situada bajo una montaña y dentro de una base militar cercana a la ciudad santa de Qom.

El mismo diario publicó en exclusiva este fin de semana que Irán y Estados Unidos habían acordado mantener negociaciones uno a uno sobre el programa nuclear de Teherán, una vez pasadas las elecciones estadounidenses del 6 de noviembre, pero la Casa Blanca se apresuró a desmentir la información.

Los expertos de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) investigan desde hace casi una década las actividades nucleares de Irán, que durante 18 años mantuvo en secreto sus avances atómicos, lo que ha causado gran desconfianza en la comunidad internacional.

 

Desde el año 2006, el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas (ONU) ha dictado cuatro rondas de sanciones comerciales, nucleares y diplomáticas contra Irán ante la negativa de ese país de cumplir las exigencias de la comunidad internacional, como la de suspender sus actividades atómicas más delicadas.

Éstas incluyen sobre todo el enriquecimiento de uranio, un material de posible doble uso, civil y militar, que Irán dice necesitar para producir combustible nuclear, pero que con una pureza mayor sirve como base para bombas atómicas.

Estados Unidos y sus aliados en Europa promueven el incremento de las sanciones contra Irán para que este país suspenda su programa de desarrollo de energía nuclear que, según Washington, se encamina a la fabricación de armas atómicas.

Sin embargo, las autoridades israelíes consideran que tanto las sanciones como las negociaciones que se llevan a cabo con el grupo 5+1 (integrado por los países miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) han fracasado y que Irán no ha puesto límite a su programa, como le exige Occidente.

 

A pesar de no estar entre el grupo de países que negocia con Irán, estos toman muy en cuenta la postura de Israel, que ha amenazado repetidamente con poner fin al programa nuclear iraní con un ataque militar, como hizo en el caso de Irak en 1981.